Tiempos turbios

19 de julio 2025 - 03:05

Corren tiempos turbios para la política. El PP salió pletórico de su congreso pero también más cerca de Vox que otra cosa y Feijóo que llegó de Galicia con fama de líder moderado e iba imponer moderación al PP ha caído, precisamente, en lo contrario. A pesar de cierta equidistancia discursiva, es evidente, que ambos gobiernan juntos en ayuntamientos y comunidades y se necesitarán para gobernar.

En este país se observa una evidente distorsión en el ejercicio de la responsabilidad política, de la rendición de cuentas y, desde luego, en las relaciones entre gobierno y oposición. Esto tiene un claro reflejo en lo que se ha convertido las sesiones de control de gobierno. Con independencia de que haya buenas razones para hacer oposición al gobierno de Sanchez, lo que no se entiende es el tono, el griterío, la falta de formas y el envilecimiento general que está sufriendo el Parlamento.

Hay una clara falta de entendimiento entre ambos líderes, de salidas de tono, de hablar para su bancada y para sus votantes o de salirse por la tangente pero las últimas intervenciones de Feijóo sobre la familia de la mujer del presidente revelan un tono insidioso e impropio de un candidato a presidente de gobierno.

La radicalización de la derecha tradicional, como consecuencia del acercamiento a la derecha radical, la durísima oposición alrededor de una estrategia centrada, sobre todo, en los casos de corrupción política de este gobierno. Todo ello, le hace olvidar a Feijóo una labor no menos importante hasta que lleguen las elecciones: demostrar que será un buen presidente y mostrar que política quiere hacer.

Mientras, observamos con perplejidad los sucesos de Torre Pacheco y leemos que la diputada de Vox Rocío de Meer afirmó que habría que deportar a ocho millones de inmigrantes y a sus hijos “para sobrevivir como pueblo”. Estos sucesos alientan el racismo y la xenofobia y abren un eje de radicalización mayor en una política, la de inmigración, que está sufriendo restricciones en Europa pero que debe de discutir seria y tranquilamente el modelo qué necesita este país.

Finalmente, la imputación del ex ministro Cristóbal Montoro por beneficiar ilegalmente a empresas gasísticas no es solo un revés en su estrategia en contra del gobierno sino que pone de manifiesto que el PP carece de ‘superioridad moral’ en lo referente a la corrupción política en España. La corrupción política en España es estructural y aparece ligada, desgraciadamente, a nuestros partidos políticos. Lo importante, es aclarar los casos que hay pendientes, en el PP y en PSOE y establecer mecanismos eficaces de control que eviten que vuelva a suceder lo sucedido.

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