El viaje al centro

Cuando el PSOE recupere su voz socialdemócrata y un discurso nacional habrá hecho bastante por su salvación

De El viaje a ninguna parte de Fernán Gómez, uno recuerda la escena en que José Sacristán defiende la magra subsistencia de los cómicos, frente a un garrulo inhóspito y faltón interpretado por Carmelo Gómez. “Pero, ¿de dónde somos los cómicos?”, pregunta Sacristán ante la hostilidad de unos lugareños reacios, que no les permitían actuar. Uno tiene la impresión de que, en las pasadas elecciones, ocurridas en clave nacional, el votante se ha preguntado también de dónde es, y que la respuesta ha sido: de centro. Pero de centro en su sentido más elemental: el de eludir, cautelosamente, los extremos. Y en este caso concreto, el de la izquierda asamblearia y la periferia levantisca que aún sustenta al Gobierno de la nación.

Esto significa, probablemente, que cuando el PSOE recupere su voz socialdemócrata y un discurso nacional, habrá hecho bastante por su salvación. Pero también significa que, una vez conjuradas las puerilidades de la izquierda viejoven, le llegará la hora a la derecha ardorosa y declamativa de Vox. En tal caso, el viaje a ninguna parte será, como ya he dicho, un viaje al centro, entendido como un bipartidismo “imperfecto”, no sabemos si mejorado o lo contrario, tras la accidentada aventura de los últimos años. En estos momentos, Ciudadanos está decidiendo si disolverse o no en una inanidad electoral irreversible. Y las plurales izquierdas que aún vivaquean en el Parlamento acaso no corran mejor suerte. Queda, por supuesto, la anomalía de Bildu, sustentada, desde antiguo, por la obligada emigración del electorado poco afín... Y también la excepcionalidad catalana, que parece volver a la derecha legitimista de Trias. En cuanto al presidente Sánchez, no es seguro que le quedara otra opción que la escogida. O ganar ahora, de modo fulminante, o dejarse perecer hasta diciembre, acuciado por propios y ajenos.

¿Triunfará en julio el señor Sánchez? Cualquiera sabe. Sin embargo, otra legislatura en tales condiciones no resulta muy prometedora. No en vano, el PNV se ha quejado ya de la convocatoria, viendo que le madrugan el electorado (y consiguientemente, el peculio que recibe del Estado opresor). Queda por saber qué PSOE saldrá del PSOE posterior a Sánchez, caso de que esto ocurra. De un modo u otro, su futura existencia dependerá de esa parte del electorado, hoy tan vilipendiada, que según la terminología al uso unos días se levanta fascista y otros socialcomunista. Esto es, dependerá de esa gente del común, de toda esa masa fluctuante que no es, como los cómicos, de ninguna parte.

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