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La princesa Leonor comienza hoy en la Academia General de Zaragoza su formación militar, una carrera que en su caso se prolongará tres años con formación en la Escuela General de la Armada en Marín (Pontevedra) y en la General del Aire en San Javier (Murcia). Sigue, de este modo, la misma formación que recibió su padre, Felipe VI, y su abuelo, Juan Carlos I, y que se considera la más óptima para cumplir su papel como futuro mando supremo de las Fuerzas Armadas que la Constitución dicta en su artículo 62 como una de las responsabilidades de los reyes de España. La Princesa cumplirá 18 años el próximo 31 de octubre, y con su juramento de la Constitución, cuya fecha aún está por determinar debido a la incertidumbre política, se eliminará la posibilidad del recurso a una regencia. En otras monarquías europeas en las que el rey también es el jefe de su ejércitos no guardan esta tradición, algunos herederos, como la primogénita de los belgas, Isabel de Brabante, sólo ha estado un año en los cuarteles. La carrera militar de Ingrid de Noruega será menos intensa que la de la Princesa de Asturias, e incluso en el Reino Unido se ha abierto la posibilidad de que el segundo en la escala de sucesión sólo haga el servicio militar si él así lo desea. La prerrogativa constitucional de mando de las Fuerzas Armadas se ejerce de acuerdo con el presidente del Gobierno y el titular del Ministerio de Defensa, por lo que esta formación militar de tres años no es obligatoria, pero entendemos que es la mejor opción por varios factores. Además de seguir con una tradición que entronca con la naturaleza de toda monarquía, la futura reina de España aprenderá de primera mano cómo funcionan los ejércitos, conocerá a muchos de los oficiales que serán sus principales mandos cuando ella reine y enriquecerá su formación personal y el conocimiento del país por medio de estas tres estancias en las academias generales.
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