El Willow, el histórico barco de vapor que permanece hundido en Puerto Marina, en Benalmádena, donde llevaba atracado más de dos décadas, podría volver a flote en cuestión de semanas. El propietario de la construcción, de principios del siglo XX, lleva semanas trabajando en las labores de restauración del barco así como en las tareas previas para su reflotamiento, después de que el proyecto recibiera el visto bueno de Capitanía Marítima y del puerto deportivo, según confirmó a este periódico el gerente de Puerto Marina, Manuel Jiménez, quien agregó que la comunicación con el dueño de la infraestructura es fluida aunque reconoce que el proceso es lento.

“No hay prisa, se está trabajando para que su reflotamiento sea correcto y no surja ningún problema durante todo el proceso. Esperamos que pronto podamos dar la noticia de que el Willow vuelve a estar a flote”, comentó.

El coste de las labores para reflotar el barco corren a cuenta del propietario después de que este se hundiera parcialmente a finales del pasado mes de marzo tras algunos años sin actividad ni mantenimiento. Cinco meses después, la embarcación continúa completamente inclinada. Entre algunas de las actuaciones que se están llevando a cabo se encuentra la instalación de una puerta estanca para impedir la entrada de agua durante el proceso.

También se están colocando una serie de tuberías alrededor y debajo del barco con las que con agua a presión pretenden empujarla para devolver de nuevo a flote la embarcación. Unos trabajos que requieren aún de varias pruebas pero cuyo reflotamiento se espera que sea de forma “inminente”, por lo que podría concluir en unas semanas.

El coste de las labores de reflotamiento corren a cargo del propietario del barco

El Willow, sin uso después de que durante varios años funcionara como negocio de hostelería y discoteca, lleva cinco meses semihundido y con evidentes signos de deterioro por el paso del tiempo, sobre todo aquellas zonas que en estos últimos meses están en contacto directo con el agua debido a su inclinación.

Los técnicos municipales y un equipo de buzos procedieron entonces a apuntalar la embarcación, amarrada junto al pantalán número ocho, para impedir que esta acabara volcando. Asimismo, se estableció una barrera anticontaminación de manera preventiva pese a que el barco no tenía combustible.

En el último año, según pudo saber este periódico, el propietario de la embarcación había presentado al Ayuntamiento un proyecto para reabrir la instalación como restaurante y sala de exposiciones que deberá ser estudiado por la Agencia de Puertos Públicos de Andalucía (APPA) una vez sea reflotado.