La Junta de Andalucía trabaja en la recuperación de casi 40 cedros atacados en en los límites del Parque Nacional Sierra de las Nieves, ya que ese patrimonio forestal, plantado en 1950 en la localidad de Igualeja, ha sido anillado mediante el arranque de parte de su corteza. La Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul desarrolla esa labor con los cedros, que han sufrido dos ataques en abril y noviembre pasados.

En concreto, se trata de un grupo de cedros supervivientes de un antiguo vivero del Patrimonio Forestal del Estado que han sido dañados para cortar su flujo de nutrientes y causar su muerte mediante la afección del floema y cámbium vascular, tejidos responsables de la circulación y el crecimiento en grosor de tallos y troncos.

En ambas ocasiones, los atentados al patrimonio forestal andaluz se realizaron en fin de semana y en noche de luna llena, lo que permitía mayor visibilidad.

Los ejemplares afectados, ocho de ellos de grandes dimensiones, han sido tratados mediante la aplicación de pasta cicatrizante, fungicida y regenerativa del cámbium por parte de técnicos forestales y Agentes de Medio Ambiente. Hasta ahora no se ha producido la muerte de ninguno de estos ejemplares.

Aunque no se conocen poblaciones actuales de origen natural en Andalucía de esta especie, cada vez hay más indicios, a través de estudios de pólenes y carbones, de su presencia pasada en Sierra de las Nieves y Sierra Bermeja.

El cedro fue empleado como especie acompañante, con carácter experimental, durante las actuaciones de repoblación ejecutadas durante el siglo XX.

Plantaciones experimentales como la atacada en el paraje de la Fuenfría, con tantos años de antigüedad, son de enorme utilidad para aportar datos de carácter científico-técnicos de cara a su posible implantación en el territorio.

El Gobierno andaluz, tras el incendio sufrido en 2021 en Sierra Bermeja, acordó que de manera experimental se desarrollará la plantación de cedros en puntos muy delimitados de esta zona con fines científicos para hacer un seguimiento de la intervención.

La actuación se enmarca en las previsiones de la reciente adecuación del Plan Forestal Andaluz al horizonte 2030 para la adaptación de ecosistemas forestales andaluces a posibles nuevos escenarios derivados del cambio climático.

Los actos cometidos, denunciados ante el Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil y que están siendo investigados por los Agentes de Medio Ambiente de la Junta, se consideran un atentado contra el patrimonio forestal del dominio público pecuario y forestal.

La actual legislación forestal califica estos hechos como infracción grave, ya que los cedros están recogidos en la lista de especies forestales a las que se refiere el título VIII del Reglamento Forestal de Andalucía