Maro gana parte de la batalla a Larios

El convenio aprobado por el Ayuntamiento de Nerja ha eliminado las compensaciones económicas por la deuda de otros convenios y los suelos protegidos

Maro gana parte de la batalla a Larios
Maro gana parte de la batalla a Larios
Mayte Cortés

09 de mayo 2021 - 07:47

Nerja/La Sociedad Azucarera Larios (Salsa) ya tiene en sus manos el convenio urbanístico que le permitirá construir en Maro un campo de golf de 18 hoyos, un hotel de cinco estrellas y alrededor de 680 viviendas. Sin embargo, y a pesar de haber obtenido el visto bueno del Ayuntamiento de Nerja en el último Pleno para iniciar su tramitación, la Plataforma Otro Maro y Nerja es Posible, con el apoyo de más de 40 asociaciones locales y nacionales, ha ganado parte de la batalla.

Con las 61 alegaciones presentadas –por parte del colectivo, grupos de la oposición, asociaciones y particulares– desde que pasó a información pública, han conseguido que el acuerdo entre la promotora y el Consistorio pase de las casi 80 páginas que tenía a alrededor de una veintena. Así, en el documento aprobado sólo consta el convenio urbanístico, ya que se ha eliminado el de gestión, es decir, la compensación económica por la cesión de suelos anteriores de Larios al Ayuntamiento.

“Presentamos cuatro grandes bloques de alegaciones, entre ellas la de la deuda. Era moralmente inaceptable que se incluyesen en un mismo convenio, las deudas del Ayuntamiento con Larios y el compromiso de reclasificación de suelos para su macroproyecto. Para nosotros, se trataba prácticamente de un chantaje”, explicó el portavoz de la Plataforma Otro Maro y Nerja es Posible, Jorge Alamillos.

El Ayuntamiento ha incluido algunas alegaciones reduciendo el convenio inicial

Así, el convenio recogía una compensación económica, que el colectivo cifra en 10 millones de euros, por la cesión de los suelos de los márgenes del río Chíllar en 2004 para la construcción del Parque de Bomberos, el de la rotonda de Maro para el centro de salud en 2008 o por los de El Playazo de 2009. “Sin que hubiese ninguna auditoría, la sociedad ofreció un cálculo por el valor de los suelos que estaba muy por encima al precio real. Algunos que eran agrícolas se tasaron como urbanizables. En el caso de El Playazo cuyo terreno costaba 200.919 euros, se fijó en 4,7 millones de euros”, afirmó Alamillos.

“Los nerjeños no debemos asumir una deuda ilegítima por valoraciones de terrenos desorbitados. De ejecutarse ese convenio, cada nerjeño debería 300 euros a Larios”, cuantificó.

La segunda gran victoria de la Plataforma y del resto de asociaciones o personas que presentaron alegaciones, es que han quedado fuera del convenio los suelos incluidos en el Paraje Natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo. El documento actual recoge la construcción de un hotel de cinco estrellas y la urbanización al norte de la antigua carretera N-340 en el entorno de la zona de la fábrica de azúcar; y en desarrollo del campo de golf en la parte sur.

“Hemos atendido todas las alegaciones y se ha depurado el convenio sin introducir ningún elemento al que ya pasó a información pública. Se ha eliminado el suelo protegido en Maro Cerro Gordo que era el más polémico. No obstante, aunque estuviese plasmado, para su desarrollo tenía que tener los informes preceptivos de la Junta de Andalucía”, aclaró Nieves Atencia, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Nerja.

En este sentido, la edil insistió en que este convenio “no es más que una declaración de voluntades y un compromiso de tramitación de proyectos”. “No estamos aprobando ningún proyecto ni recalificando de suelo. Es un convenio en el que coincidimos con la propiedad en la necesidad de desarrollar esa zona”, reconoció Atencia.

La Plataforma ciudadana considera que se trata de un proceso especulativo

“Todavía no sabemos si el proyecto va a ser viable o si el suelo lo soporta, lo único que estamos haciendo es darle una oportunidad para que los técnicos lo valoren”, puntualizó la edil de Urbanismo haciendo alusión a los trámites ambientales que tiene que pasar o a los informes que deben emitir desde la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, ya que Maro tiene la declaración de Sitio Histórico, está próximo al BIC de la Cueva de Nerja y los vestigios azucareros están bajo la protección del Plan Nacional del Paisaje Cultural y del de Patrimonio Industrial.

“Todavía queda mucho recorrido”, aseguró Atencia coincidiendo con el representante de la Plataforma que estima que la tramitación podría durar hasta diez años. Sin embargo, no es la “cuestionable” viabilidad del proyecto o el tiempo lo que preocupa a Alaminos, sino que “ya se ha abierto la vía para el proceso especulativo, para la recapitalizando tierras que sólo benefician al propietario”.

El proyecto Maro Golf se extiende desde el Barranco de Burriana hasta el Río de la Miel; y desde la línea marítimo terrestre hasta la autovía. Contempla la construcción de un hotel de cinco estrellas, 680 viviendas y un campo de golf. El convenio tiene una vigencia de cuatro años con posibilidad de prórroga.

Un movimiento ciudadano con 11.000 apoyos

Otro Maro y Nerja es posible es una plataforma ciudadana nacida en 2017 frente al proyecto urbanístico que pretende realizar la Sociedad Azucarera Larios (SALSA), hoy transformada en Salsl, en la zona protegida de Maro en el término municipal de Nerja. Este movimiento ciudadano comenzó siendo de carácter local comarcal y tiene actualmente adhesiones de 40 colectivos nacionales como la Fundación César Manrique, la Fundación Rizoma, la Asociación en Defensa del Patrimonio de Andalucía o la Federación Española de Ecologistas en Acción. Proceden de diferentes ámbitos de actuación relacionados con la agricultura, la cultura o la ecología. También cuentan con el apoyo de reconocidos académicos, intelectuales y artistas. De momento, han conseguido reunir 8.845 firmas de apoyo en su página web contra el Plan Larios. En la conocida charge.org suman 18.690. “Son proyectos de desarrollo que han demostrado que, a corto plazo, generan expectativas, y a largo no van a ningún sitio. Deterioran el territorio y se quedan vacíos tanto los campos de golf como la promoción inmobiliaria. Crean una promesa insostenible de puestos de trabajo y acaban con la cultura agrícola de hace 400 años, con sus valores, su patrimonio cultural y medioambiental”, resumió Alamillos.

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