Monterías, entre el ocio y el negocio

Unos 35.000 cazadores tienen licencia en Málaga donde hay unos 430 cotos inscritos · Hay quienes llegan a pagar hasta 3.000 euros por cazar un solo venado en una finca privada durante una jornada

Un grupo de cazadores participa en una jornada de caza en un coto de la provincia.
Un grupo de cazadores participa en una jornada de caza en un coto de la provincia.
Raquel Garrido / Málaga

01 de marzo 2009 - 01:00

Si al ya ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo se le reprochó que se había gastado mil euros por un solo día de caza, matar un venado en cualquier coto de caza mayor de la provincia de Málaga puede llegar a costar unos 3.000 euros. Ocio o negocio, lo cierto es que se trata de una práctica cada vez más extendida entre los aficionados a la cacería, pero que no está al alcance de cualquier bolsillo.

Los precios varían según el tipo de especie, la finca y la modalidad con la que se pretenda cazar. El abanico es muy amplio en función del poder adquisitivo de cada uno. Hay cotos donde cazar es gratuito porque se trata de suelos cedidos para tal fin, otros que pueden oscilar entre los cien y 500 euros al año, y aquellos de titularidad privada en los que por cazar un día el cazador puede llegar a pagar hasta 6.000 euros. La oferta es muy amplia en una provincia donde la actividad cinegética genera un volumen económico que supera los 150 millones de euros cada año.

La caza mayor, es decir, aquella en la que el objetivo son especies como el macho montés -considerado el rey de esta modalidad-, el ciervo, el venado, el jabalí o el corzo, es la modalidad más cara. La mayoría de estos cotos se concentran en la Serranía de Ronda, aunque en la zona de Antequera, Villanueva del Rosario y Villanueva del Trabuco ha proliferado últimamente una enorme población de ciervos.

Unas 130 monterías son organizadas cada año en la provincia. Sólo están permitidas en un tercio de los 430 cotos que hay inscritos en Málaga, pero no de cualquier forma. Este tipo de caza está muy controlada por la Administración andaluza, ya que la Ley de Flora y Fauna únicamente permite que se realice una por cada 500 hectáreas y siempre que en el coto colindante no se celebre otra en el mismo día.

En las monterías suele participar un grupo amplio de cazadores, entre 10 y 60 personas normalmente en función de la superficie de la finca. "Los cazadores son situados en un punto determinado y no pueden moverse de allí para no interferir al resto y los perros son los que se sueltan para levantar las piezas", explica el delegado de la Federación Andaluza de Caza (FAC) en Málaga, Antonio Díaz.

Según la densidad de animales con los que cuente el coto el precio puede rondar entre los 200 ó 300 euros por día y cazador. En el caso de las especies cinegéticas más demandadas suele haber un cupo máximo y cazar por ejemplo un venado puede costar entre 500 y mil euros.

Mucho más caro es si esa pieza es cazada mediante la modalidad de rececho. En ese caso el cazador va solo por el campo, únicamente acompañado por el guarda de la finca, en busca del tipo de animal que previamente ha acordado matar. "Es una caza más selectiva y evidentemente más cara porque tienes la garantía de que vas a cazar algo seguro", señala.

Es tanta la demanda que existe que en algunos casos incluso los cotos emplean el sistema de la subasta para que los cazadores pujen por los animales que se ofertan. Un ejemplo reciente de una estas subastas fijaba el precio de salida para matar un ciervo en un coto de la provincia en 1.320 euros y en 1.210 en el caso de un corzo. Pero además de esta cantidad, el cazador debe pagar otra cuantía una vez que lo mata según el tamaño del animal. Aunque al final sólo puede llevarse la cabeza como trofeo.

También están muy de moda entre los cazadores malagueños las batidas de jabalíes desde hace unos años. La razón es que su población ha aumentado de forma alarmante son muchos los daños que están provocando sobre las especies protegidas, los cultivos y los campos de golf. De ahí, desde hace un tiempo la caza de estos animales también está permitida con la licencia de caza menor para tratar de controlar su expansión.

La polémica jornada de cacería del ex ministro de Justicia con el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en la provincia de Jaén también abrió el debate sobre la necesidad o no de que se aunaran los criterios sobre las licencias necesarias para cazar en cada una de las comunidades autónomas.

Díaz lo tiene claro: "Es un despropósito que para cazar en España haya que tener 17 licencias distintas. Es un verdadero problema porque las cuantías también son diferentes y nos parece lógico que se unifiquen de una vez". En Andalucía, por ejemplo, para poder obtener la licencia de caza por primera vez se exige asistir a un curso de la Federación andaluza de Caza durante tres días en los que se imparten doce temas sobre las especies autorizadas, las modalidades, las limitaciones o los periodos de veda. Una vez que se supera este trámite, el futuro cazador es inscrito en el registro de caza.

Además debe pasar un examen de armas ante la Guardia Civil para obtener el permiso pertinente. Pero hay no termina todo el proceso, lo más difícil es encontrar un coto donde cazar. "Málaga es la provincia andaluza con mayor número de cazadores a pesar de que es la que menos superficie de caza tiene", asegura el delegado de la FAC.

Hay 35.000 licencias concedidas para tan sólo unos 430 cotos en toda la provincia. A pesar de que estas fincas suman, junto con las tres reservas de caza que gestiona la Junta de Andalucía en Sierra Tejeda y Almijara, la serranía de Ronda y Cortes de la Frontera, más de medio millón de hectáreas o el 80% del suelo total de la provincia no son suficientes para atender tanta demanda.

La falta de cotos obliga a muchos de estos cazadores a salir fuera de la provincia en busca de un sitio donde poder hacerlo. Las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz suelen ser las elegidas, aunque los hay incluso que optan por otra comunidad autónoma. En Málaga alrededor del 60% de los cotos funcionan con sociedades federadas en las que cada miembro debe pagar una cuantía determinada para poder hacer uso de él.

En los privados, en cambio, el cazador tiene que pagar por cazar bien por animal o por temporada. Díaz asegura que en este tipo de fincas "se mueve mucho dinero negro". Pero todos están obligados a tener como mínimo 250 hectáreas y un plan técnico donde se tiene en cuenta el número de cazadores, el tipo de animales y la cantidad que alberga, la clase de vegetación, la orografía y si hay otras especies que no sean cinegéticas. Es la Consejería de Medio Ambiente la que debe dar el visto bueno a este documento .

Los más grandes se encuentran en la comarca de Antequera, donde predomina fundamentalmente la caza menor dedicada sobre todo a la perdiz, el conejo, la liebre, la paloma torcal, la tórtola, la codorniz y hasta el zorro. En esta zona los cotos pueden llegar a tener una superficie de entre 6.000 y 7.000 hectáreas, aunque la media de la provincia se sitúa entre las mil y las 2.000 hectáreas. Sólo en la serranía de Ronda suelen ser más pequeños y también tener menos socios.

Aunque se ha avanzado mucho en el control de los furtivos, lo cierto es que desde el año 2000 la Delegación Provincial de Medio Ambiente ha abierto más de 900 expedientes sancionadores como consecuencia de la caza ilegal, sólo 162 el año pasado. Cazar en las zonas de seguridad no permitidas, carecer de la licencia o superar el límite de piezas establecidas son las más comunes. Las sanciones pueden llegar a los 600.000 euros. Sin duda, una afición que puede salir muy cara.

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