El alimoche vuelve a surcar los aires malagueños. Y es que esta especie, que se encuentra declarada el peligro de extinción, ha vuelto a ser avistada en la comarca del Guadalteba. La noticia ha creado un nuevo hilo de esperanza entre los naturalistas malagueños, que creen que podría volver a ser introducida esta especie en la provincia. En concreto, los primeros avistamientos se produjeron entre finales del mes de mayo y principios del mes de junio. Desde ese momento los agentes de la Consejería de Medio Ambiente y personal técnico del consorcio Guadalteba, han venido colaborado para hacer un seguimiento de la presencia del alimoche en la zona.

Ahora agentes y técnicos recibirán el refuerzo de un grupo de 15 voluntarios ambientales para colaborar en estas tareas y poder comprobar si la presencia en estable. Eso sí, primero han tenido que aprender cómo reconocerlo, sus hábitos de vida, hábitat o las costumbres que tiene.

Abubilla, autillo, milano y alcotán, todos ellos nombres de aves, son los nombres de bautizo de estas patrullas verdes, que tendrán como misión el tener bajo control el extenso territorio de la comarca para buscar avistamientos del alimoche. En concreto, han sido cuatro parcelas las que se han creado y cada uno de los grupos tendrá una de ellas bajo su responsabilidad. Pero no será su única tarea, ya que también tienen como encomendada la vigilancia del campo para evitar posibles envenenamiento, que fue la causa que provocó la muerte de la última pareja reproductora de alimoches de la provincia de Málaga, precisamente en la zona del Guadalteba.

Los grupos de voluntarios permanecerán activos realizando vigilancias hasta finales del mes de septiembre, fecha en la que el alimoche pone rumbo a África para pasar los meses de invierno, dejando de este modo las tierras de la península Ibérica por otras más cálidas. No obstante, la aparición del alimoche tampoco es un hecho casual, y es que los técnicos del programa de conservación de aves necrófagas de Andalucía llevan meses trabajando para ello. En concreto, han ido introduciendo medidas que pudiesen favorecer la vuelta de esta especie, como la creación de comederos o los rastreos sobre el terreno con perros adiestrados en la búsqueda de cebos envenenados.

De momento la vuelta del alimoche ya es una realidad, aunque nadie quiere lanzar las campanas al vuelo sobre su reintroducción definitiva hasta que no se tengan más datos sobre los avistamientos y su presencia estable en la comarca.