La castaña se vende a seis veces más de lo que cobran los agricultores

Las castañas se convierten cada año en uno de los productos más esperados por muchos, especialmente, cuando el frío hace acto de presencia y un cartucho de castañas recién tostadas ayuda a mitigarlo. El precio que se debe pagar por degustar semejante manjar varía en función del mes y la ciudad, aunque hacerlo en plena zona de producción, como es la Serranía de Ronda, puede tener un coste de un euro. Una cantidad módica y asumible por la mayoría, aunque si preferimos irnos a algunos de los supermercados de la provincia que venden castañas la cosa cambia, y es que el kilo de oferta está a 5,95 euros.

Para ese momento, cuando decidimos echar a la cesta de la compra unas castañas pilongas, que este año presentan una calidad que no se recordaba desde hace décadas, su precio se ha multiplicado casi por arte de magia un 600%, según denunció ayer la asociación de jóvenes agricultores Asaja. Y es que el trabajo duro de la recogida y el transporte hasta las cooperativas o almacenes privados de envasado ya se encuentra realizado.

Por levantarse cuando todavía no ha amanecido, trabajar en el campo durante una larga jornada tratando de evitar las duras púas de los erizos que protegen el fruto y mantener la explotación durante todo un año, los productores están recibiendo como pago un euro por kilo de castaña. A partir de ese momento únicamente queda su envasado, traslado y colocación en las estanterías. Para entonces, el precio por kilo ha crecido a velocidad de vértigo sin que los productores salgan de su asombro y se expliquen muy bien que ha podido ocurrir en el interior de los camiones.

Además, este año el malestar se ha acrecentado, si tenemos en cuenta que la campaña se ha retrasado unos diez días y eso ha provocado que el pequeño periodo de buenos precios recorte su duración. Durante este tiempo se han pagado unos 2 euros por kilo, una cifra que tampoco supone un gran avance. Mientras tanto, ajenos todo este asunto, los consumidores están encantados este año con el tamaño, el brillo y la calidad de las castañas, y es que casi ninguna se ha rajado y eso hace que este año se convierten en un boca "exquisito", afirman aquellos que no se han resistido en las han probado en los diferentes modos posibles.