La depuración de la cuenca del Guadiaro se atasca en Benaoján

La depuración de las aguas residuales que se vierten a la cuenca del río Guadiaro llevan años de retrasos, siendo Ronda la única población que cuenta con estación depuradora en la actualidad.

Años de retrasos y acusaciones entre las administraciones sobre quién debía acometer dichos trabajos terminaron con un acuerdo a cuatro bandas entre el Gobierno central, Junta de Andalucía, Diputación de Málaga y ayuntamientos afectados. Todo parecía ir rodado y el cauce del río Guadiario se las comenzaba a prometer felices para poder presumir no solo de uno de los paisajes naturales más apreciados de la provincia, también de aguas limpias y cristalinas.

En los últimos meses se han iniciado las obras de construcción de las depuradoras de Arriate y Jimera de Líbar y se adjudicaron las obras de las dos estaciones de depuración que darán servicio a Cortes de la Frontera y Colmenar.

Unas noticias positivas que hacían pasar página y que hacían pensar en un nuevo tiempo, aunque quedaba por cerrar el círculo con la depuradora Benaoján-Montejaque. Fue entonces cuando surgieron los problemas y la depuración total del Guadiaro se atascó y así sigue.

La ubicación de la futura depuradora, en mitad de una zona protegida del Parque Natural Sierra de Grazalema, provocó en rechazo de un grupo de vecinos y de la asociación Silvema Serranía de Ronda-Ecologistas en Acción que decidieron dar batalla para tratar de conseguir cambiar la ubicación a una zona que fuese “menos perjudicial”.

Un planteamiento que chocó de frente con la posición de la alcaldesa del municipio, Soraya García, y de la empresa pública Acuaes (encargada de la construcción) que rechazan esta posibilidad y que consideran que la ubicación seleccionada es la mejor de todas las posibles.

Tras reiteradas denuncias públicas y alegaciones al proyecto, desde Acuaes se optó por retirar la solicitud de declaración ambiental simplificada para optar por la vía ordinaria. Una decisión que albergó alguna esperanza entre vecinos y conservacionistas, aunque únicamente se produjo un cambio del camino administrativo a seguir y se mantuvo la zona elegida para su posible construcción.

No obstante, se mantuvo un encuentro entre vecinos, Ayuntamiento y la propia empresa para tratar de acercar posturas, aunque aquel encuentro no sirvió para calmar las aguas y las posiciones se mantienen igual de alejadas.

De momento, a la espera de conocer la resolución sobre la declaración ambiental, los vecinos que rechazan el proyecto han lanzado una campaña bajo el lema: “Sí a la depuradora, no a la ubicación”, un mensaje que repiten en redes sociales y que han trasladado mediante pancartas a diferentes puntos de la Estación de Benaoján, núcleo de población que será el más cercano a la propia depuradora y junto a que se ubicará la estación de bombeo que necesita el sistema para poder impulsar las aguas.

Ahora desde Silvema han dado un paso más y anuncian una denuncia contra la propia empresa Acuaes al considerar que había ocultado información durante la tramitación de la declaración ambiental, lo que provocó una dura respuesta por parte de la alcaldesa benaojana en los perfiles de sus redes sociales.

Mientras ecologistas y vecinos insisten en que existen ubicaciones mejores y que incluso no necesitarían estaciones de bombeo, la alcaldesa asegura que la zona selecciona en la mejor opción entre las “malas, malísima y peores” entre las que se podía elegir. De este modo la situación podría entrar en un punto de no retorno que podría terminar en los tribunales.

Benoján y Montejaque conforman un importante núcleo poblacional de la cuenca que, aunque no es el más importante, sí que añade una importante presencia de fábricas relacionadas con la industria cárnica y chacinera, lo que hace que tengan una mayor relevancia.