La Policía Nacional detuvo este pasado miércoles en una gran superficie comercial en Fuengirola a dos hermanos, de 41 y 42 años y nacionalidad rumana, por su presunta participación en el hurto -frustrado- de 11 botellas de champagne francés que ocultaban en un maillot de ciclismo tras inutilizar los sistemas de alarma.

Los hechos tuvieron lugar en un hipermercado en Fuengirola en torno a las 14:30 del pasado día 12 de junio. Fueron los vigilantes de seguridad del establecimiento quienes detectaron, a través de las cámaras de videovigilancia, cómo un cliente desactivaba las alarmas de unas botellas para, acto seguido, pasarlas a una segunda persona, que las introducía en un maillot de ciclismo que vestía, a modo de faja, bajo una camiseta, han explicado desde la Policía Nacional en un comunicado.

Según las pesquisas, uno de los sospechosos era el encargado de inutilizar las alarmas; para ello se valía de un imán de grandes dimensiones y de un objeto punzante con los que inutilizar los sistemas de seguridad de hasta 11 botellas de champagne cuyo valor total supera los 400 euros.

Las botellas libres de alarmas eran traspasadas en un carro de la compra a un compinche, que resultó ser hermano del anterior. Este era la persona que vestía el maillot bajo su camiseta y quien comenzó a introducir los envases en la referida prenda, aunque desistiendo en última instancia de la acción y devolviendo las botellas al carro de la compra, al conocer que su hermano había sido interceptado en la línea de caja.

Agentes de la Policía Nacional de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría de Fuengirola se dirigieron al hipermercado y, tras las indagaciones pertinentes, detuvieron a los sospechosos por su presunta responsabilidad en un delito de hurto. Uno de los investigados fue detenido, además, por otro delito de la misma naturaleza, a partir de una reclamación policial en vigor de la Comisaría de Linares, en Jaén.

Según la instrucción del caso, los detenidos tendrían un carácter itinerante. Partiendo de Madrid, donde tienen su residencia habitual, se desplazarían por distintas provincias españolas para cometer las sustracciones.