Hace tan solo unas semanas la laguna de Fuente de Piedra era lo más parecido a un desierto, con sus lagos secos o prácticamente vacíos. Los pocos flamencos que la habitaban, se refugiaban en la zona que todavía conservaba un poco de agua. Las lagunas alrededor del centro de visitantes estaban muchas de ellas sin agua y los que acudían a disfrutar de este espacio natural se lamentaban de la imagen que encontraban al llegar a un paraje que suele sorprender por su belleza.

La falta de precipitaciones había provocado que el conocido humedal presentase una escasa presencia de agua. Pero la imagen cambió rápidamente con la llegada de las lluvias de las últimas semanas.Las zonas que se habían convertido en un secarral sin la habitual presencia de las aves recobraron la vida y ahora se vuelven a ver diferentes tipos de especies en las charcas y lagunas que existen en esta zona del humedal.

Las anátidas han vuelto a nadar de un lado a otro mientras el resto de aves van y vienen entre diferentes zonas inundadas. Ahora el puente situado en uno de los caminos transitables vuelve a servir para salvar un cauce de agua y un desnivel del terreno seco y agrietado por la falta de agua. Además, la laguna principal también ha recuperado su capa de agua que le hace parecer un espejo sobre el que se posan miles de aves buscando comida y descanso.

A pesar de la recuperación de su característica imagen, todavía quedan zonas a las que no alcanza el agua, por lo que, de la llegada de nuevas precipitaciones dependerá que se pueda conservar la imagen actual.

Unas lluvias que no han sido suficientes para que se recuperen todas las lagunas de la zona. En las proximidades de Campillos permanece seco otro de los espacios que se inundan y que suelen concentran también a una gran cantidad de aves en su interior. No obstante, estos animales siguen siendo un gran reclamo y en las proximidades de las mismas y en las tierras de cultivo por estas fechas se pueden ver grupos de garzas.