Periana, el pueblo de Málaga de los mil apodos
José Manuel Frías Raya, investigador local, ha elaborado un libro en el que recoge un total de 1.034 apodos en este pueblo de la comarca de la Axarquía en el que viven 3.300 vecinos
¿Tú eres de Málaga?
En Periana nadie pregunta por el nombre. A veces tampoco por el apellido. Basta con un apodo para saber quién es quién, de dónde viene y a qué familia pertenece. Y, si esto no vale, siempre está la dicha de: “¿Tú eres el niño de ‘fulanito’, verdad?” Eso sí, siempre con un apodo para concretar. No es de extrañar, porque con unos 3.300 habitantes, este municipio ubicado en la comarca de la Axarquía, tiene más de un millar de motes. Lo sabe bien José Manuel Frías Raya, investigador local y autor del libro Paisanos, Historia y Recuerdos de Periana, una obra que, según explica, “nació sin prisa” y terminó convirtiéndose en una especie de biblia que habla de los muchos sobrenombres que circulan por el pueblo.
Frías nació en Periana y, según contaba en uno de sus relatos, era un niño de lo más normal. “Tenía menos carnes que un guisado de tramilla. Para colmo de desgracias, era malísimo jugando al fútbol o saltando a la ‘piola’”, aseguraba. Pese a la dureza con la que se refiere a su yo más pequeño, lleva desde joven recopilando, a su vez, nombres, historia y, cómo no, apodos.
En sus inicios remarca que no lo hizo pensando en escribir un libro. “Yo escribía biografías de gente del pueblo. Aquello era un proyecto que iba a llamarse Cien hijos de Periana”, recuerda mientras pasea por el municipio y saluda a varias personas. De hecho, según explica, estos relatos se publicaban en la revista Almanzara, una publicación local que se mantuvo viva durante décadas. Allí publicó uno de sus primeros textos, o al menos uno de “los más especiales para mí”, confiesa. El escrito se titula ¡Qué hostia me dio Don Justo!. Lo que destaca en este escrito para él es que “utilizo nombre, apellido y apodo”.
'Paisanos, Historia y Recuerdos de Periana'
Ahora, ha recopilado en un libro todos los motes que rondan por Periana. En total, 1.034. La publicación los recoge todos ordenados alfabéticamente “para que nadie se pierda”, comenta Frías mientras se ríe de nuevo. Gallo es el apodo que más se repite, con un total de 26 veces. Luego, le siguen apodos como Caribe, con 21; Ganguita, con 20; Sereno, con 18; Calayo, con 17; Adolfo, con 17, o Maríafelisa, con 14.
Así, las letas por las que comienzan más apodos de Periana, tanto de los 474 citados dentro del libro, como los 560 recogidos en el índice, son la ‘C’ con 188; la ‘P’, con 155; la ‘M’, con 143; la ‘R’, con 62; la ‘F’, con 50; y la ‘A’, con 47. A pesar de la cantidad de apodos, el propio autor se condiesa sorprendido porque no hay o, según dice, él no ha encontrado, motes que empiecen con la ‘K’, ‘W’, ‘Y’ y ‘X’.
Para Frías, lo más difícil de esta especie de enciclopedia ha sido confeccinar el índice, compuesto de 4.039 entradas, ya que, según remarca, son de 1.887 personas, la gran mayoría identificadas con nombre y apellidos. Además, casi un 80% de todas esas personas tienen alguna raíz perianense.
Como no podía ser de otra forma, el escritor también tiene un mote. “Aunque yo me fuera a Málaga bastante pequeño, no me he librado de tener apodo”, asegura. Es más, tiene dos. El primero de ellos, por parte de madre, Ganguita; el segundo, por parte de padre, Calayo.
El origen de sus apodos
La historia de Ganguita es, como dice él, “bastante peculiar”. Cuenta que sus bisabuelos maternos, que vivían por la “huerta del Algarrobal, propiedad de los Núñez, tenían sesis hijos, uno de ellos mi abuelo, Rafael Raya Zorrilla. Mi abuelo sabía leer y escribir, entonces le tocó ir a Melilla a servir a un militar”, dice. “Al poco tiempo de llegar allí vio que el aceite de oliva que se hacía en Periana tenía muy buen mercado. Ese dinero lo aprovechó para comprar alguna finca o casa en el pueblo. El vendedor ponía un precio, él lo rebajaba y de ahí no se movía. Cuando al vendedor no le quedaba de otra, tenía que acepta la oferta de mi antepasado, y el vendedor le decía: “Rafalico Raya ha comprado otra ganguita”, cuenta.
En cuanto a Calayo, tampoco “se queda atrás” en cuanto a su origen. “Un antepasado mio tenía un huerto de melones, una vez alguien pidió probar el dulzor de uno de estos. Mi antepasado empezó a calar melones hasta que encontrará el dulzor perfecto. Pero nunca lo consiguió. Entonces, este perdió lor nervios y comenzó a decir: ‘Este lo caló yo, este lo caló, yo, este lo caló...’ Caló casi todos los melones. Ninguno salió dulce. El suceso se refirió por todo el pueblo y así nació el apodo de mi familia paterna”, asevera.
Muchos de sus paisanos dicen que es “una enciclopedia”, aunque según afirma, ya no le daría tiempo a realizar su cuarto libro, Orígenes de los apodos de Periana. Aún sí, se conforma con saber que “siempre seré recordado por todo el pueblo”. Frías se muestra orgulloso de su pueblo, de su gentes y de sus costumbres.
De hecho, si hay otra cosa por la que se conoce a Periana –además de por sus motes y su aceite– es por la icónica romería de San Isidro Labrador; y con respecto a esta festividad, Frías tiene otra idea. Quiere convencer convencer a todo el mundo para “llamar al libro de los récords para que vengan aquí y vean que es la procesión más lenta del mundo con un recorrido bastante corto”. “Yo ya lo he comentado varias veces, pero de momento nada de nada”, finaliza. A ver si lo consigue.
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