Doce horas y con EPI especial: cómo se retiró el primer nido de avispón asiático de 7,5 kilos en Málaga
El experto en control de plagas, Álvaro García, se encargó de cortar el avispero tan grande como "un balón de playa de Nivea" subido a una grúa con un operario
El primer nido de avispas velutinas encontrado en Málaga será retirado el martes con la ayuda de un experto
A principios de julio, aparecieron los primeros ejemplares de Vespa velutina, conocida como avispón asiático, en Málaga. En concreto, en la urbanización Pinos de Alhaurín del municipio de Alhaurín de la Torre. Eduardo Sáez, biólogo y residente de la zona, hizo fotografías de la especie invasora cuando iban a su terraza a beber agua y las subió a un grupo de Facebook. Un experto la reconoció en la red social y dio la voz de alarma.
"Si detectas el nido a tiempo evitas un desastre. Meter una tercera especie de avispa invasora no es nada recomendable. Siempre va a ser muy dañino para las personas y para la agricultura, pero para los apicultores es directamente una catástrofe porque diezman la población de abeja", señala Álvaro García Rey, experto en control de plagas y dueño de la empresa Lucanus. García, natural de Mijas, ha sido el encargado de retirar este primer nido de Vespa Velutina en la provincia.
Hasta encontrarlo y llevar a cabo esta hazaña ha vivido una auténtica odisea durante tres meses junto a vecinos de la urbanización, agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, miembros de COAG, apicultores y voluntarios. "Empecé a ir por la zona hasta que un amigo me puso en contacto con este vecino y pude ir a su casa y empezar a investigar", explica a este periódico mientras trabaja en Selwo Marina.
Los nidos, en las copas de los árboles
La dificultad de encontrar este nido radicaba en la zona, repleta de pinos y cipreses. "Se trata de un residencial lleno de villas individuales con parcelas grandes con mucha arboleda de hasta 4.000 metros cuadrados. Estos insectos suelen hacer los nidos en altura, pero en un porcentaje muy alto suelen estar en las copas de los árboles", explica. Cuando García veía salir una avispa de la casa del biólogo iba detrás de ella. "Tienes que ir atravesando fincas. Iba puerta por puerta, como si fuera un vendedor de enciclopedias, explicándoles por qué estaba allí", relata.
Los vecinos formaron un equipo de voluntarios mientras que agentes de Medio Ambiente y apicultores se involucraron en la búsqueda. "Se montaban batidas y no se encontraba nada. La idea fue identificar avispas cuando estuvieran comiendo porque la llevan al nido. Las avispas se alimentan de cosas dulces para ellas. Por ejemplo, flores y frutas como higos o dátiles. Pero para las larvas llevan siempre proteínas: carne de animal muerto de una abeja, un saltamontes o un grillo", aclara.
Pinturas para la cara y pinceles de acuarela
Pusieron bandejas con carne picada y pescado para intentar que los avispones entraran a los comederos. "Y así identificar cuando están volando hacia dónde se dirigen. Para eso, lo ideal es marcarla para calcular el tiempo que ha tardado en ir y volver del nido. Me basé en datos de la bióloga e investigadora Sandra Rojas para localizar el nido. Tiene mucha ciencia detrás", recalca. Midieron el tiempo desde que sale la avispa marcada hasta su retorno a la comida. Al tiempo total le restaron 45 segundos, el tiempo de estancia media en el nido. El resultado lo dividieron por dos (viaje de ida y vuelta) y lo multiplicaron por 1,8. Finalmente, decidieron identificarlas con pintura para la cara porque "no huele nada y no tienen mucho disolvente".
Con un cuidado milimétrico, mientras las avispas estaban muy centradas comiendo, le pegaron un toque con el pincel de acuarela en el lomo y las marcaron con pintura. "El bicho ni se entera y no hace falta capturarlo. Evitas ese estrés. Tienes que mirar qué dirección toma y poner el cronómetro a cero. Tardaban como 3 minutos, con lo que sabíamos que el nido estaba en una determinada dirección y en torno a 150, 250 metros. En un par de días se encontró", celebra el técnico superior en Sanidad Ambiental Aplicada.
Proceso de retirada
El nido estaba en la parte trasera de una casa y en pendiente, lo que les obligó a utilizar una grúa. Estaba a mucha altura, entre 10 y 12 metros, en una rama no muy resistente de un pino. Esto le impedía al experto malagueño a llegar trepando. "La única opción viable era meter una plataforma elevadora, una especie de grúa. Pero para meter la grúa, antes había que acondicionar el terreno. Por lo que había que llevar una pequeña excavadora y hacerle un camino para llegar. No fueron trabajos sencillos. Eso lo solicitamos al Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre y no tuvo ningún inconveniente en facilitarnos el trabajo", recuerda.
Los EPIs de avispas, pesados y calurosos
El experto en control de plagas se encargó de cortar el avispero durante una jornada de 12 horas donde llevó un equipo de protección especial e hizo falta una grúa. "Los EPI de avispa son terribles. Se trata de unas botas de agua grandes cerradas con velcros y un traje integral con cremalleras. Son muy pesados y calurosos", detalla. García estuvo trabajando casi dos horas y media encima de una grúa con este traje.
Al iniciar la tarea de retirada, lo primero es tapar la entrada con un algodón empapado en alcohol. Tienen una sola entrada, un agujero de 3 o 4 centímetros. "Una vez que tapas eso evitas que haya escapes y que ocurra nada. Todo lo que me dediqué en las siguientes horas fue en recortar con muchísimo cuidado las decenas de ramitas que estaban metidas en el nido. Estas ramas están entrando y saliendo del nido, utilizadas como soporte. Entonces, para poder llevártelo entero, tienes que recortar todo alrededor del nido. Es una labor tremendamente cuidadosa, de cirujano", explica orgulloso.
Antes de cortar la rama principal se mete el nido entero en un saco y se precinta todo. "Llevas el nido totalmente embolsado y se llevó a una nevera. Al día siguiente se empezó a estudiar el hallazgo; a sacar larvas y adultos; a contar si hay machos, hembras o reinas. Eso nos da una información importante porque es el primero de Málaga. Ese material se está analizando", cuenta el experto, que está en contacto con Carlos del Pico de Valencia, experto en himenópteros, y Leopoldo Castro, el mayor experto de avispas de España.
Un nido como un balón de playa de Nivea
El nido pesaba siete kilos y medio; y el diámetro por la parte más grande era de un 1,40 metros. "Es enorme. Piense en un balón de estos de playa de Nivea", declara entre risas. "Es un final dulce, sí, pero aún no sabemos si otra reina fecundada ha llegado de alguna manera a Málaga y ha montado su nido en otra parte. Ojalá que no", desea.
Al final de la charla, el especialista agradece a Antoni Armengol, experto en velutina, y Carlos del Pico de Valencia, experto en himenópteros, por su asesoramiento. "A los vecinos Mar y su marido, Manuel, y Eduardo por su búsqueda incansable y por encontrar el nido. Olga de COAG por su ayuda al igual que Juan Molina de Miel de Málaga. A los apicultores como Salva, involucradísimos. A Rafael de los servicios operativos de Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, por su incansable ayuda en la extracción. A Andrés Campos de Oikos por su ayuda en el estudio del nido. Finalmente, a todos los agentes y voluntarios por su trabajo y a los vecinos por su paciencia", se despide.
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