El sector del vino de Ronda se consolidó con el paso del tiempo y en la actualidad son ya 23 bodegas las que funcionan en la zona, apostando por vinos realizados de forma tradicional, con recogida de la uva manual y realizando selección antes de entrar a bodega.

Muchas de sus referencias se encuentran en muchos de los mejores restaurantes del mundo o en grandes clubs del vino a nivel internacional, mientras en el mercado exterior también se cuenta con una gran cantidad de vinos que salen de las fronteras españolas.

Un triunfo en el exterior que también se logró tras unos primeros años complicados en el propio mercado rondeño, donde ahora la presencia de vinos locales está generalizada en los restaurantes y bares, tanto para su venta por botella como para copearlos.

Además, en la propia ciudad del Tajo cuentan con un embajador de excepción que hace que estos vinos puedan llegar un público muy selecto, con un alto poder adquisitivo y amante de la gastronomía. Y es que el restaurante Bardal, dos estrellas Michelin y dos soles Repsol, que dirige el chef Benito Gómez, apostó desde sus inicios por la producción local, hasta el punto de que en estos momentos tienen referencias que se producen en exclusiva para su restaurante, además de una amplia selección del resto de vinos.

Hasta un total de 14 bodegas tienen en la actualidad representación en la carta de vinos de este reconocido restaurante, en cuya bodega se encuentran unas 400 referencias de las mejores bodegas del mundo. “Aquí tenemos que tener de todo, tenemos un cliente muy exigente y tenemos que estar al nivel”, explica Marco Trujillo, jefe de sala del restaurante.

Miguel Conde sirviendo uno de los vinos de Ronda.

Una presencia de referencias locales que cuenta con particularidades como Dimitri, un vino producido bajo velo de flor en la bodega Descalzos Viejos y cuya pequeña producción solo puede tomarse en Bardal. Además, también cuentan con una tirada especial de Yo Solo, un vino de la bodega La Melonera, también se elabora en exclusiva para el restaurante, al tiempo que se espera que en breve se puedan incorporar nuevas elaboraciones exclusivas. Eso sí, al tratarse de producciones muy pequeñas solo están disponibles hasta que se agotan las pocas botellas que se elaboran.

A ello se suman vinos rondeños que se comercializan y que pueden encontrarse en las tiendas especializadas, teniendo presencia blancos, rosados y tintos. Entre ellos no falta uno de los más laureados, el Pinot Noir de la bodega Los Aguilares que cuenta con tres medallas de oro internacionales. “En Ronda se está haciendo un gran trabajo por parte de las bodegas en general, nosotros tenemos una selección en función de las características de nuestros clientes y de nuestros platos”, explica Trujillo.

Unos vinos que además de estar disponibles en la carta también suelen estar en el maridaje que se ofrece a los comensales. “Siempre solemos tener un vino de aquí en el maridaje, especialmente, tintos”, señala Miguel Conde, el sumiller del restaurante.

Además, aseguran que sus clientes ya tienen referencia de su existencia. “La gran mayoría saben que es una zona productora de vino y quieren probarlos porque son muy particulares, cada uno es diferente”, explica Conde. “Aquí no se puede decir como en otras zonas que cuando pruebas un vino el resto es parecido, cada uno es muy singular”, apostilla Trujillo.

“Como suele decir Marco, nosotros somos embajadores de los vinos de Ronda, además, se venden mucho y gustan”, afirma Conde.

Y es que el restaurante, además de apostar desde el primer momento por las bodegas rondeñas, también cuenta con referencias de otras zonas de la provincia como es el caso de la Axarquía.