Ronda cuenta con un rico patrimonio cultural y natural que hacen que sea uno de los principales destinos turísticos de interior de Andalucía. Una pequeña ciudad que vive momentos de la mañana en los que existe una gran afluencia en los alrededores del Puente Nuevo y las calles más llanas en las que se concentran los grupos organizados de visitantes con sus correspondientes guías. Es el momento de desviarse de estos circuitos más concurridos y dirigirse hacia lugares en los que predomina la tranquilidad como los alrededores del barrio de Padre Jesús y las proximidades de la Casa del Rey Moro o el Palacio del Marqués de Salvatierra. Es una de las zonas más desconocidas de la ciudad a la que no llegan los grandes grupos y en la que se encuentran algunos de los monumentos más destacados. Baños Árabes, los puentes viejo y romano, la fuente de los ocho caños, el propio Tajo, los Jardines de Cuenca, murallas o la mina escondida de la Casa del Rey Moro que permite acceder hasta el cauce del río Guadalevín.

Eso sí, el refugio para alejarse de las zonas más frecuentadas conlleva un esfuerzo físico por sus calles más empinadas. Es en este punto cuando debe entrar en juego la gastronomía local para reponer fuerzas. Una oferta que cuenta con una amplia gama de opciones que abarca desde las dos estrellas Michelin del restaurante Bardal a las más de cuarenta tapas del bar Lechuguita (solete Repsol) a un precio de 1,20 euros en la gran mayoría. En ese recorrido existe una infinidad de posibilidades entre los que también hay algún que otro bandolero habitual en las localidades muy turísticas con precios muy por encima de la calidad que ofrecen. ¿En cuál no los hay? Eso sí, tampoco hay que confundirse y pensar que es un pequeño pueblo con precios que en las grandes ciudades hace años que ni se ven. De igual modo, por aquí no se acompaña la bebida con tapa, salvo excepciones en las que sí suelen poner aceitunas de la casa.

No obstante, en pleno centro todavía quedan locales en los que encontrar al café a 1,20 y 1,30 euros. Desayunar en esos mismos sitios puede rondar los 3 euros (incluidos churros) y si se quieren dar un capricho de añadir jamón ibérico de campo cortado al momento se puede llegar a los 5,30 euros.

Clientes del bar Lechuguita con una amplia variedad de tapas.

En cuanto a los bares de tapas, las opciones son múltiples, aunque un imprescindible en todas las recomendaciones por sus precios y lo especial de su local es el Lechuguita. Allí se puede consumir hasta 31 tapas a precios de 1,20 euros, a lo que deben sumar la bebida. Casi siempre lleno está lleno y es recomendable acudir con tiempo. Su bollito de pringá es legendario. Albondigas, carrillera, chorizo de Ronda, serranito, tortilla de patatas, queso de cabra con frambuesa...

No lejos de allí, en pleno centro de la ciudad, está La Taberna en la plaza del Socorro. Aquí también parten desde 1,20 euros las tapas y oscilan hasta los 4 euros de la más cara. Son solo algunos ejemplos entre los existentes.

La oferta de locales que ofrecen tapas también es muy amplia más allá del popular Lechuguita. Pueden encontrar desde los que apuestan por las elaboraciones tradicionales hasta aquellos que han decidido dar una vuelta más a su cocina y ofrecer tapas más complejas como ocurre en el Almacén, Quinto Tramo, Casa Mateos o Doña Pakita, entre otros. En ellos conviven algo tan común como ensaladilla rusa o las croquetas con  otras elaboraciones más complejas como pueden ser los higaditos de pollo, patata trufada y yema de huevo (4,20 euros) del Almacén.

Javier Pimentel, chef del Almacén

Unos locales con precios contenidos para la complejidad de su cocina y la calidad de los productos. "En Ronda tenemos la suerte de que hay opciones para todos los gustos, nosotros hemos optado por esta cocina que conlleva mucho trabajo para su producción", explica Javier Pimentel, cocinero del Almacén.

Incluso es posible disfrutar de la cocina del biestrellado chef Benito Gómez en su gastrobar Tragatá. Incluso allí se disfrutar de precios contenidos. Su oferta de tapas arranca de los 5 euros que cuesta disfrutar de una sardina ahumada con mantequilla de oveja hecha en la casa. Por poco más se puede degustar una ostra gillardeu al natural (5,75 euros). A partir de aquí hay un gran variedad con estrellas como la mejor ensaladilla de España, orejas fritas con salsa picante o alcachofas a la brasa, papada de cerdo, jugo de palo cortado y yema de huevo que alcanza un precio de 14,50 euros.

En los platos principales pueden encontrar bacalao con pil pil de judias verdes, tuétano asado con tartar de vaca o opciones más contundentes como el pollo picantón con raogout de patatas, cebollitas y mostaza, presa ibérica de Joselito a la brasa con salsa de pimienta o cochinillo confitado. Platos que oscilan entre los 21 y los 36 euros.

Bacalao al pil pil de Tragatá

A mitad de camino se encuentran bares que todavía ofrecen menú con comida casera a precios que no superan los 10 euros, bebidas no incluidas, como es el caso de Los Capeas. Callos, rabo de toro, potaje de garbanzos o flamenquines caseros forman parte de su carta también.

Entre los que prefieren mesa y mantel hay también un amplio abanico de posibilidades. Pedro Romero, Puerta Grande, Tropicana, Bar Jerez o Panorámico son solo algunos de los que se pueden encontrar en pleno centro. En ellos es posible comer cómodamente por precios que oscilan entre los 35 y 50 euros por persona en función de los platos y vinos elegidos.

Como colofón a la oferta gastronómica rondeña se encuentra el restaurante Bardal, distinguido con dos estrellas Michelin, dos soles Repsol y elegido como mejor restaurante de Málaga por Macarfi. Aquí solo existe la opción de elegir entre dos menú degustación que tienen un precio de 180 y 215 euros en función de si optamos por la versión corta o larga del mismo. A ello existe la posibilidad de sumar un maridaje de vinos y quesos.

Martin Abramzon mostrando algunas de sus piezas de carne.

Todo ello sin salir del centro de la ciudad, ya que en las barriadas y alrededores de la ciudad la oferta se multiplica. Incluso se puede recurrir al restaurante Kütral de Martin Abramzon, que se ubica en pleno polígono industrial y que es otro de los recomendados por las grandes guías y que está especializado en carnes a la parrilla. Allí dos personas pueden comer por unos 70-80 euros.

Son solo algunos pequeños ejemplos de la amplísima oferta existente e imposible de enumerar en la ciudad. "Aquí se come bien y barato", señala Jaime Coronel, uno de los guías oficiales que a diario recibe las opiniones de sus clientes. 

Todo ello sin sumar los locales de comida rápida o pizzerías que también abundan en el casco antiguo rondeño.