Motor

Historia viva del motor de España

Bernardino Ramírez conduce su Daimler-Benz deportivo por las calles de Ronda. Bernardino Ramírez conduce su Daimler-Benz deportivo por las calles de Ronda.

Bernardino Ramírez conduce su Daimler-Benz deportivo por las calles de Ronda. / Javier Flores (Ronda)

Escrito por

· Javier Flores

Diez años han pasado entre un reportaje y otro para contar la historia viva del motor que se conserva en Ronda. Ha sido el tiempo que Bernardino Ramírez necesitó para devolver a la vida a su Daimler-Benz deportivo tras restaurarlo prácticamente de la nada. Tan solo tenía parte de un chasis con la conocida estrella de la marca alemana y una parte de su matrícula que le valieron para investigar y descubrir de qué modelo se trataba. En aquella visita de Málaga Hoy este restaurador del motor estaba comenzando a reconstruir las primeras chapas exteriores.

Este genio de la mecánica, ya jubilado y dedicado a la restauración de vehículos clásicos como hobby, hace posible aquello que parece imposible. Así lo reconoce Leocadio Corbacho, uno de sus mejores amigos y poseedor de una colección de unos 20 coches clásicos que han sido restaurados por Ramírez en tu totalidad. "Sin él habría sido imposible", dice Corbacho, mientras observa el trabajo que está realizado para reconstruir un motor de la nada y que ya arrancó.

"Es impresionante verle trabajar, solo con escuchar un motor sabe si va bien o tiene algún problema. Ya no te digo nada del olor, detecta una fuga a leguas", dice Corbacho. La última ocasión fue durante el traslado de los Reyes Magos de Ronda, cuando en una parada se percató de una posible fuga de gasolina nada más bajarse del coche que él conducía. "Con chicle la arregló para que pudiésemos llegar, es un Macgyver", señala Corbacho, que recuerda que algo parecido sería impensable con los vehículos actuales.

Bernardino Ramírez trabajando en el nuevo motor que está restaurando. Bernardino Ramírez trabajando en el nuevo motor que está restaurando.

Bernardino Ramírez trabajando en el nuevo motor que está restaurando. / Javier Flores (Ronda)

Mientras tanto, Bernardino se encuentra orgulloso del trabajo realizado para recuperar este deportivo que atrae las miradas de todos aquellos que se cruzan con este vehículo que ya circula por las calles de la ciudad del Tajo.

Además, reconoce que ha sido el reto más importante al que se tuvo que enfrentar hasta el momento. Y es algunas de las piezas han tenido que ser creadas desde cero al no encontrarse ninguna en el marcado que pudiese ser restaurada. Un vehículo que próximamente será expuesto durante la celebración de Retro Málaga como ejemplo de restauración, por lo que podrá ser apreciado por el gran público.

Mientras tanto,  ahora está centrado en hacer que el funcionamiento del motor que acaba de montar sea redondo, para lo que va corriendo con precisión milimétrica el funcionamiento de cada pieza. "Lo desmonté ya tres veces", explica.

Además, reconoce que es con este tipo de mecánica con la que disfruta. Sus manos manchadas de grasa le delatan. "Con lo que yo disfruto es encontrando el fallo, arreglando la pieza o corriendo el desajuste que se produjo", dice.

Unas manos que han hecho posible a lo largo de su trayectoria que unos 100 vehículos clásicos sigan recorriendo las calles de España y mantengan viva la historia del motor de este país. Eso sí, lamenta que aquí no existan ayudas para poder conservar este patrimonio como sí ocurre en otros países, ya que estos proyectos no son baratos.

Leocadio Corbacho con su BMW de la Segunda Guerra Mundial y parte de su colección. Leocadio Corbacho con su BMW de la Segunda Guerra Mundial y parte de su colección.

Leocadio Corbacho con su BMW de la Segunda Guerra Mundial y parte de su colección. / Javier Flores (Ronda)

Precisamente, uno de los grandes conservadores de la historia automovilística es su amigo Leocadio Corbacho. A su colección de coches clásicos se suman también una treintena de motocicletas entre las que se encuentra una joya que fabricó BMW para el ejército alemán y que se popularizó en la Segunda Guerra Mundial por su masivo empleo por parte de las tropas nazis.

Corbacho se hizo con una de las pocas piezas originales que se conservan en España del lote que fue adquirido para Ejército español y que había sido tuneada. Ahora luce su aspecto original con todas sus piezas, incluidas las destinadas al almacenamiento de municipios, anclaje para la ametralladora que se ubicaba sobre el sidecars o los elementos para reducir la luz de su poco principal para mayor discreción en caso de ser necesario.

Junto a ella en su garaje se encuentran diversos modelos de 600, Fiat, Seat, Ford o Mercedes, entre otros. Con ellos ha recorrido buena parte de Europa participando en diferentes rallys. Entre sus principales joyas un Ford descapotable que fue propiedad de José María Pemán y que todavía circula por la ciudad del Tajo. A ellos se suman otros como un Opel Olimpia de 1939, un Mercedes 220-D de 1977, Mercedes Cola 190 de 1971 o un Fiat 1.400 Cintilla de 1953.

Corbacho defiende la importancia de conservar este patrimonio del país, aunque reconoce que no es fácil y que requiere mucho esfuerzo desde que hace más de 50 años compró su primer vehículo. Anteriormente lo había hecho con motocicletas, que fue su primera pasión.

"Nunca compré un coche o moto nueva, siempre han sido de segunda mano y luego hay que hacer un esfuerzo importante para restaurarlas, de otra manera no sería viable económicamente", dice Corbacho.

En este sentido, recuerda cómo encontró un sidecars para una vespa que estaba abandonado en una finca con daños por disparos. "Comprarlo nuevo costaría varios miles de euros, a mí me lo regalaron", resalta para destacar el trabajo que conlleva esta afición y la necesidad de tirar de ingenio para reducir los costes

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