Agricultura

Noches de vendimia

  • Muchas bodegas optan por recoger la uva de madrugada para evitar los efectos del calor

Un vendimiador coloca la una cortada en las cajas de transporte.

Un vendimiador coloca la una cortada en las cajas de transporte. / Javier Flores (Ronda)

La vendimia hace unas semanas que se inició en diferentes puntos de la provincia y en la Serranía de Ronda, una de las áreas con mayor presencia de bodegas. Por ello los equipos técnicos buscan cómo mitigar el fuerte calor que estos días se deja sentir con toda su fuerza en el interior de la provincia con temperaturas que rozan los 40 grados y en algunos momentos llegan a sobrepasarlos recogiendo la uva durante la noche. Unas temperaturas que son uno de los grandes enemigos de un proceso que en la zona tiene muchos tintes de artesanal, ya que la recogida se hace de forma manual y posteriormente el procesado en bodega también va precedido de una selección manual para eliminar aquellos racimos que han llegado desde el campo y que se considera que no cumplen con la mínima calidad exigible.

En este proceso se requiere que la uva llegue a la bodega lo más fresca posible para realizar su procesado en las mejores condiciones, algo que también ayuda a controlar el proceso de oxidación de forma natural y protegerla de la acción de los microorganismos, entre otros aspectos. De hecho, este sistema hace que se pueda reducir la utilización de otros elementos para el control de todo el proceso de producción del vino y para que presenten una menor cantidad de sulfitos.

Una parte importante de las bodegas de la Serranía de Ronda utilizan esta técnica para conseguir llevar la uva a sus bodegas la uva antes de que coja temperatura el día elegido para la vendimia de la misma por parte de sus enólogos. En otros casos optan por su enfriamiento en cámaras frigoríficas durante una jornada para conseguir este mismo efecto y que al moler la uva se encuentre a una temperatura próxima a los 5 grados.De este modo, el día señalado para el inicio de la recogida de la variedad en cuestión las cuadrillas llegan con la noche cerrada a los viñedos para iniciar el trabajo. Este año con la dificultad añadida de tener que utilizar las mascarillas como medida de seguridad debido a la crisis sanitaria creada por el coronavirus.

Los trabajos se inician en plena noche Los trabajos se inician en plena noche

Los trabajos se inician en plena noche / Javier Flores (Ronda)

En el caso de la bodega Lunares, una de las que recurre a este sistema, los trabajadores llegan a las 4:00 de la madrugada para preparase para iniciar el trabajo una vez que la uva ya bajó la temperatura durante la madrugada aprovechando el importante descenso de grados que suele producirse en la zona durante la noche.“Hace más frío ahora que esta mañana cuando llegamos”, relata Eugenio, uno de los integrantes del equipo, mientras los primeros rayos de luz del amanecer comienza a descubrir el entorno privilegiado en el que se encuentra este viñedo a las faltas de la ciudad romana de Acinipo. Un conjunto arqueológico en el que se encontraron las pruebas de que se viticultura se remonta a miles de años, ya que esta ciudad contaba con moneda y en su cuño aparecía un racimo de uvas. Monedas que se exponen en el museo municipal de la ciudad del Tajo y que vienen a resaltar la importancia que tuvo en el pasado este sector que ahora vuelve a recobrar su pujanza en la zona tras la recuperación del mismo hace ya varias décadas.

Una vez allí toca equiparse con los frontales en la cabeza, como si de un minero listo para bajar a la mina se tratase, y que este sistema será el único punto de luz que tendrán durante la mayor parte de la jornada de trabajo hasta que las primeras luces del amanecer aparecen. Para entonces la recogida de la parcela marcada está prácticamente finalizada y únicamente queda aprovechar las primeras horas de la mañana que todavía mantienen las bajas temperaturas. “En el momento que terminemos este trozo nos vamos”, indica Ramón, responsable de la cuadrilla mientras trabaja en la recogida de las cajas que han ido quedando colocadas en los líneos de viñedo a lo largo de la noche. Momentos que hacen más llevadero un trabajo duro que volverá a empezar a la mañana siguiente en la casa de cada uno de los vendimiadores cuando la madrugada empieza a caer y ellos ya se habrán levantado, preparado la comida del día, y hacer el viaje que les llevará desde diferentes municipios, especialmente de la sierra de Cádiz que pertenecen a la comarca natural rondeña, hasta el siguiente viñedo.

Trabajo en los viñedos al amanecer Trabajo en los viñedos al amanecer

Trabajo en los viñedos al amanecer

Un trabajo delicado que tiene que hacerse con precisión para realizar la selección de la uva en la planta, ya que es otro de los elementos que aporta la recogida manual y que busca que a la bodega solo lleguen las mejores uvas para la elaboración de los diferentes vinos. Todo ello extremando las precauciones a la hora de realizar los cortes de los racimos y sin perder el ritmo necesario que requiere este trabajo.

En la noche cerrada tan solo las luces que deambulan de un lado a otro hacen posible ubicar el lugar exacto en que se encuentra cada vendimiador, a lo que se unen las conservaciones entre ellos mientras transcurren esas horas de aislamiento en las que tan solo se ve la cara del compañero de línea que se encuentra más próximo. Tampoco faltan las bromas para amenizar el trabajo y las alusiones a si el responsable de la bodega que tiene que traer el pan recién sacado del horno se acordará. “La comida la tenemos, solo hace falta que Pedro no se olvide del pan”, se escucha en el silencio de la noche provocando las risas de los compañeros y una cadena de comentarios alusivos a la llegada de la hora del desayuno, aunque para eso todavía faltaban algunas horas. Al poco tiempo el pan del día llega a los viñedos.

El corte de la uva se han en todo momento de forma manual. El corte de la uva se han en todo momento de forma manual.

El corte de la uva se han en todo momento de forma manual. / Javier Flores (Ronda)

Mientras tanto, el transporte hasta las instalaciones de la cada bodega se hace de forma casi inmediata para evitar que la uva quede expuesta al sol una vez cortada, utilizando para ello cajas de pequeño tamaño para evitar también que puede sufrir daños o deterioro durante este trabajo.

Una vez envasado el zumo de uva en los diferentes se iniciará el trabajo en la bodega hasta hacer realidad una nueva añada de las aproximadamente 100 referencias de vino que lanzan al mercado cada años la veintena de bodegas que están ubicadas en la Serranía de Ronda.

Todo ello mientras el sector sigue también sumido en la incertidumbre que está generando la situación sanitaria y que hace que el consumo de vino en restaurantes, una de las principales vías de salida de este mercado, también se encuentre muchos más bajo de lo habitual. Un hecho que hace que el almacenaje en las bodegas de las añadas anteriores también se mayor que otras campañas.

Recogida de las cajas de uva para su transporte. Recogida de las cajas de uva para su transporte.

Recogida de las cajas de uva para su transporte. / Javier Flores (Ronda)

Al igual que el resto de sectores económicos, esperan que la ansiada normalización también suponga que el consumo de vino vuelva a sus niveles habituales y las bodegas puedan recuperar la normalidad en todo el proceso productivo y de ventas.

Mientras tanto, el trabajo en el campo sigue con normalidad sin entender de momentos sanitarios, aunque la campaña de producción de este año no será de la mejores y se espera que sea algo inferior .

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