Tras dos años de suspensión de la Semana Santa a causa de la pandemia las calles de Ronda ya comienzan a vivir el retorno de una casi normalidad a la celebración de la semana de Pasión. Eso sí, todavía con algunos restos de la no terminada crisis sanitaria como la presencia de las mascarillas o la necesidad de realizarse pruebas antes de las salidas para costaleros y horquilleros según las recomendaciones del Gobierno andaluz.

Unos pequeños contratiempos que no han hecho que la ciudad del Tajo, en la que existe un fuerte arraigo cofrade, viva desde hace semanas inmersa en actos de las cofradías y ensayos de los pasos de costaleros que han llevado ya los sones de las marchas procesionales a las calles. Tambores y cornetas, aunque salidos de los reproductores que acompañan a los costaleros y capataces en su preparación, han vuelto a escucharse por las calles de la ciudad.

Estos días vuelve a ser habitual ver a jóvenes con su costal bajo el brazo camino de la casa de hermandad para seguir con el trabajo previo tras dos años sin salida. Abrazos y mucho ánimo se observan entre aquellos que acuden, mientras los responsables de las cofradías ultiman los detalles para tratar de tener todo a punto para el momento de la salida. Flores, ceras, bandas de música y ajustes en las cuadrillas para que todo esté listo y nada falle son el día a día en las cofradías.

Costaleros de la Hermandad del Huerto preparando u costal antes del ensayo.

Un ambiente cofrade que no solo se vive cerca de las sedes de las hermandades, también puede verse en los escaparates de las tiendas, a los que han vuelto mantillas, guantes capirotes y decoraciones con elementos cofrades.

“Estamos notando que se está animando el ambiente en los últimos días”, explican desde Casa Marcos Morillas, uno de los comercios locales en el que se pueden encontrar diferentes elementos necesarios para participar en los desfiles procesionales, ya sea vistiendo de mantilla o como hermano nazareno.

Incluso en los bares con una mayor tradición cofrade también han vuelto a sonar las marchas procesionales como era habitual para crear ambiente. Tampoco faltan los tradicionales dulces de estas fechas y las pastelerías se han llenado de torrijas nuevamente.

“Tengo ganas de vivir las procesiones”, dice Paqui Leal, una rondeña que regresará a su ciudad este año para vivir la Semana Santa.

Capirotes para nazarenos en la tienda Marcos Morilla

Eso sí, no todos los desfiles procesionales se realizarán con absoluta normalidad, ya que algunas de las hermandades han decidido realizar cambios. Es el caso del Santo Entierro, que este año realizará su estación de penitencia en unas andas para minimizar así la posibilidad de contagio entre los horquilleros (hombres de trono) que para sus tronos oficiales deberían rondar los 200.

También ha realizado cambios la cofradía de la Vera Cruz, que igualmente este año no procesionará con pasos a costaleros y lo hará portando a sus titulares en unas andas y volviendo a sus orígenes.

Otras como Ecce-Homo han optado por procesionar con un trono en lugar de dos y una sola banda de música. Eso sí, las seguirá acompañando la Legión, por lo que uno de los momentos más esperados de la Semana Santa rondeño volverá a producirse.

Además, también se recuperó el pregón oficial, por lo que, aunque no será una Semana Santa totalmente normalizada, sí que se recobró el ambiente cofrade que también suele atraer a miles de visitantes a la ciudad.