Ronda

Un año clave para frenar la despoblación en el interior de la provincia de Málaga

  • Los municipios del interior esperan que las administraciones tomen medidas reales que vayan más allá de los discursos y los anuncios de buenas intensiones

Una mujer camina por una calle de Alpandeire.

Una mujer camina por una calle de Alpandeire. / Javier Flores

La pérdida de población avanza por el interior de la provincia de Málaga y afecta ya a gran parte de sus pequeños municipios, aunque también se nota en algunas cabeceras de comarca, como es el caso de Ronda. La ciudad del Tajo registró en los últimos datos conocidos la mayor pérdida de población en números totales, con la marcha de 101 habitantes, lo que dejó su censo en 33.877.

Además, la comarca rondeña alberga buena parte de los municipios con menor número de habitantes de la provincia, en los que existe una latente preocupación por este problema. Hace tiempo que los habitantes vienen reclamando medidas realmente efectivas para frenar esta situación y, si fuese posible, revertirla.

No obstante, los regidores son conscientes de las dificultades y lo complejo del asunto. Eso sí, casi todos coinciden en la necesidad de mejorar las comunicaciones –tanto terrestres como digitales– para tener las mismas oportunidades en un mundo en el que los servicios y recursos de las administraciones se concentran mayoritariamente en las zonas más pobladas y capitales.

Las viviendas en venta en los pequeños municipios son habituales. Las viviendas en venta en los pequeños municipios son habituales.

Las viviendas en venta en los pequeños municipios son habituales. / Javier Flores

Los habitantes de la zona no son mucho más optimistas que los responsables políticos, y es que creen que realmente no se están tomando medidas para frenar este fenómeno. Los jóvenes se tienen que marchar para buscar oportunidades de trabajo en las capitales, lo que también hace en muchos casos peligrar la continuidad de servicios públicos como los colegios, que en bastantes ocasiones tienen su continuidad amenazada por la falta de niños.

Francisco Márquez, vecino de Alpandeire que decidió volver a su pueblo para disfrutar de su jubilación y abandonar la capital de la provincia, reconoce que las soluciones son complejas. No obstante, tiene claro que sin ventajas que compensen los problemas que puedan conllevar el vivir en un pequeño municipio –como unas peores comunicaciones o la falta de algunos servicios–, “nadie se vendrá aquí salvo los jubilados”.

Muchos municipios tratan de poner sus propias medidas con sus escasos recursos

Francisco también encuentra que en la actualidad en lugar de facilitar la vida de los habitantes de los pequeños pueblos y que pudiesen aprovechar los recursos de la zona, lo que estos encuentran son dificultades para poder hacerlo y una burocracia capaz de agotar al más tenaz.

Un escepticismo que es habitual encontrarlo en los vecinos en cualquier conversación en la que se aborde la despoblación. Incredulidad ante medidas milagrosas que puedan llegar desde el exterior y pesimismo ante el futuro, aunque algunos de ellos llevan más de veinte años aguantando la pérdida de población. Además, reconocen el poco margen que tienen sus ayuntamientos para tomar medidas propias por la falta de recursos económicos.

Alpandeire

Precisamente, en este sentido se pronunciaba el alcalde de Faraján, Fernando Fernández, que además de solicitar mejoras en las comunicaciones terrestres y tecnológicas, pide a la Diputación de Málaga que otorgue a estos pequeños municipios un presupuesto especial que puedan gestionar para poder tomar medidas propias.

“La mayoría de las personas que se interesan por instalarse en el pueblo quieren tener un trabajo y nosotros no se lo podemos garantizar ahora, más allá de la bolsa para los trabajos municipales”, afirma.

No obstante, en su caso también toman medidas reales dentro de sus posibilidades, estando prevista una ayuda al alquiler de 150 euros mensuales a familias con hijos que se instalen en la localidad.Además, esta localidad invirtió los planes financieros que les correspondían en la creación de una residencia para tratar de ofrecer empleo en el municipio.

Benaoján

Mientras tanto, la alcaldesa de Benaoján, Soraya García, también coincide en la necesidad de contar con fondos para dar empleo en la localidad, algo que asegura que en la actualidad están haciendo con recursos propios con una inversión de 60.000 euros.

La regidora reclama la mejora de las comunicaciones para que los vecinos puedan salir a trabajar y volver a sus municipios sin necesidad de tener que cambiar su domicilio por cuestiones laborales. Por otra parte, cree necesario que se realicen inversiones en las cabeceras de comarca para mejorar los servicios y que los vecinos los tengan a una menor distancia de sus localidades y sin necesidad de tener que realizar grandes desplazamientos a capitales o ciudades de gran población.

Un hombre en Montejaque. Un hombre  en Montejaque.

Un hombre en Montejaque. / Javier Flores

En este sentido reclama inversión en formación profesional enfocada a los nuevos nichos de mercado vinculados a las tecnologías y extensiones universitarias. “Debe dejarse de poner toda la inversión en la costa y en las capitales en detrimento de los servicios de los pueblos pequeños”, indicó la regidora.

De momento, como medida propia el Ayuntamiento están trabajando en la creación de un centro para dar formación sobre creación de apps y videojuegos y mantiene negociaciones para tratar de crear una incubadora de empresas.

Genalguacil

Otras localidades, como es el caso de Genalguacil, han puesto en marcha una delegación municipal específica dedicada a la despoblación para tratar de hacer frente al problema y ya trabajan en hacer censos de viviendas para alquiler o compra o asesorar a emprendedores que se quieran instalar en el municipio.

Su alcalde, Miguel Ángel Herrera, también se muestra muy crítico con el resto de administraciones, afirmando que “la despoblación es una moda de las administraciones que no han hecho nada, aparte de varias reuniones en Málaga cuando se deberían de hacer en el territorio. Reuniones más políticas que de acciones, en definitiva, no van a hacer nada”.

En cuanto a las medidas que considera que serían necesarias, al igual que indican otros regidores y muchos vecinos, los beneficios fiscales por instalar empresas en la zona o iniciar actividades como autónomos se sitúan entre las primeras que reclaman. En concreto, ayudas a las empresas que funcionen desde estos territorios o reducción a 50 euros de la cuota de autónomos, así como bonificaciones en la Seguridad Social a la hora de contratar empleados. “Así sería más fácil contratar a personas en los pueblos, fijar la población existente y también atraer a otra”, señala Herrera.

Los habitantes piden mejoras en las comunicaciones terrestres y digitales

De igual modo, reclama un “gran plan” para la mejora de carreteras, ya que considera que es otro de los problemas para desarrollar algunos sectores como el turismo, que tiene un especial interés con la riqueza natural y patrimonial de la zona. En el caso de este municipio la carretera que les conecta con Estepona no permite la circulación de autobuses.

Además, estas malas comunicaciones también hacen que servicios como el sanitario encuentren dificultades. Por ejemplo, los profesionales del centro de salud de Algatocín tienen que invertir unos 30 minutos en recorrer los 15 kilómetros que separan ambos municipios para realizar una atención sanitaria.Unos problemas similares en la mayoría de las poblaciones afectadas por la despoblación que tratan de combatir con recursos propios a la espera de que las promesas que llegan de exterior se puedan convertir en realidad.

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