El Camino del Desfiladero del Tajo de Ronda toma forma

Las obras de construcción de la segunda fase del Camino del Desfiladero del Tajo de Ronda han superado el 65% y han entrado en su recta final. Unos trabajos que desde primera hora de la mañana han obligado a cortar al tráfico el Puente Nuevo para facilitar la bajada del material necesario para afrontar el último tramo de la obra.

La complejidad del proyecto para construir esta pasarela suspendida a unos tres metros de altura sobre el cauce del río Guadalevín, está haciendo que se tengan equipos especializados en trabajos verticales para poder afrontar la instalación de los anclajes y la propia pasarela de madera.

El avance de los trabajos ya permite ver parte de la estructura desde las zonas próximas a las cornisas del Tajo. Y es que la estructura ya se adentró completamente en la garganta que se podrá recorrer en su totalidad cuando este tramo entre en servicio al final de año o principios de 2026. Y es que las obras está previsto que finalicen para octubre, una fecha que desde el Consistorio se sigue manteniendo.

Los trabajos, que cuentan con un presupuesto de más de un millón de euros, permitirán la construcción de una pasarela que tendrá una longitud de unos 500 metros. Un tramo que se unirá al que ya se encuentran en funcionamiento al otro lado del famoso Puente Nuevo y que permite en estos momentos llegar hasta la base del conocido monumento pero no cruzarlo.

Una vez que esté finalizado los visitantes podrán pasar bajo el propio Puente Nuevo, imagen icónica de la ciudad, y continuar su recorrido por hacia el barrio de Padre Jesús, aunque antes pasarán por la presa que permite en funcionamiento de la central hidroeléctrica de la ciudad o la entrada a la mina de la Casa del Rey Moro que permitía poder acceder al cauce del río Guadalevín sin necesidad de salir de la ciudad. Además, también pasará bajo el llamado Puente Viejo y salir junto al conocido como Puente Romano aunque su origen es árabe.

Además, la ermita de San Miguel ejercerá como punto de salida de este nuevo atractivo turístico que permitirá abrir este monumento natural a los visitantes de la ciudad, ya que hasta el momento tan solo podía observarse desde las cornisas superiores o pasar por el mismo realizando el descenso de su cañón.

De igual modo, su salida junto a los dos puentes más antiguos de la ciudad y los Baños Árabes también se espera que pueda redistribuir los flujos turísticos hacia zonas menos frecuentadas como las propias murallas o el barrio de Padre Jesús.