Ronda lleva varios años sin contar con una piscina descubierta de gran tamaño y tan solo disponía de las instalaciones situadas en el barrio de Padre Jesús, aunque esta situación tendrá fin este año, y es que la nueva piscina municipal entrará en funcionamiento para este próximo verano.

A pesar del retraso que están sufriendo una parte de las obras por los problemas con la cadena de suministros de materiales a causa de la pandemia, las previsiones de la empresa constructora siguen siendo el poder entregar la obra para que las instalaciones pueden entrar en funcionamiento en el mes de junio.En la actualidad los trabajos se encuentran ya ejecutados al 65% y los vasos de la piscina principal e infantil ya se encuentran construidos, al igual que parte de las instalaciones principales en las que se ubicarán los vestuarios, cafetería y la sala de máquinas. Precisamente, los problemas de suministros se han producido para la construcción de estas zonas, aunque se sostiene se sostiene que no afectará a que las instalaciones estén finalizadas para el verano.

La alcaldesa de Ronda, María de la Paz Fernández, que visitó las obras junto al delegado municipal de Deportes, Carlos Mirasol, se mostró muy satisfecha con el ritmo de los trabajos a pesar de las dificultades surgidas.Además, destacó la importante creación de empleo que se está produciendo gracias a esta actuación municipal, que supondrá una inversión de casi 1,7 millones de euros.

Además de las zonas de agua las instalaciones contarán con espacios de merenderos, juegos infantiles y aparcamiento exterior con unas 150 plazas.

En cuanto a la capacidad de las mismas, desde el Consistorio se informó que sería sobre unas 1.000 personas las que podrían llegar a estar en las instalaciones. Y es que la nueva piscina tiene unas dimensiones de 50 metros de largo por 25 de ancho.

Fernández también sostuvo que de este modo se daba “cumplimiento” a una de las demandas que los rondeños habían venido realizando en los últimos años tras el cierre de las anteriores instalaciones.Un proyecto para el que Consistorio tuvo que pedir un crédito a Unicaja.