"Antes tardaba 35 minutos en llegar a mi trabajo y ahora necesito dos horas y media"

Los trabajadores afectados por el cierre de la carretera Ronda-San Pedro ya sufren las consecuencias y algunos se plantean dejar su empleo

La carretera Ronda-San Pedro acumula un listado de promesas incumplidas

La carretera entre Ronda y San Pedro permanece cortada desde el pasado fin de semana.
La carretera entre Ronda y San Pedro permanece cortada desde el pasado fin de semana. / Javier Flores

Ronda/Miles de personas de la Serranía de Ronda, que incluye municipios de Málaga, Cádiz y Sevilla, acuden cada día a sus puestos de trabajo que se encuentran repartidos a lo largo del litoral malagueño. Empleados de la construcción, sanitarios, jardineros, vigilantes, comercio... Y así un largo listado de profesiones se nutren de la mano de obra que les llega desde el interior. Unos profesionales que tienen la carretera que une la ciudad del Tajo con San Pedro de Alcántara como la principal vía para desplazarse.

El corte de esta importante vía de comunicación está obligando a estos trabajadores a buscar vías alternativas para su desplazamiento, aunque en la actualidad solo existe dos posibilidades desde Ronda: Gaucín-Manilva o Coín-Ojén. Un hecho que supone duplicar y hasta casi triplicar el tiempo de viaje en función del destino final.

Margarita Mariscal es una de las afectas. Ella acude cada día hasta San Pedro de Alcántara para desarrollar su trabajo en una empresa de diseño y arquitectura. "El primer día probé por Coín y tarde más de tres horas, ahora estoy yendo por Gaucín y es mucho mejor, son una hora y cuarenta minutos" ha explicado Margarita. No obstante, sigue siendo un tiempo mucho mayor al habitual, ya que hasta ahora solía emplear unos 50 minutos para acudir a su empleo.

Margarita Mariscal, 'project manager' interiorista
Margarita Mariscal, 'project manager' interiorista / M.H.

"Está siendo horrible, nunca pensé que podíamos tener que vivir algo así, hasta ahora no nos hemos dado cuenta de la enorme importancia que tiene esa carretera, aunque en mi caso mi empresa también me dio la opción de teletrabajar los días que se pueda", ha explicado Margarita. Además, ha asegurado que "es una locura, por cualquiera de las dos opciones es mala".

En su caso ha descartado la posibilidad de buscar un alquiler o una pensión como están haciendo otros afectados. "Me acabo de comprar una casa en Ronda y lo he descartado, si hubiese pasado seis meses antes me lo habría planteado aunque supone dejarse medio sueldo", ha señalado.

Fernando Pereña es otro de los trabajadores que está sufriendo esta situación. En su caso trabaja de encargado de obras y el primer día también se fue por encima de las tres horas y media de viaje utilizando la ruta del interior por Coín y Ojén hacia Marbella. "Tienes que salir a las cinco de la madrugada para no coger los atascos en la entrada a Málaga", ha indicado. Una situación que considera "insostenible" a largo plazo.

Fernando Pereña, encargado de obra.
Fernando Pereña, encargado de obra. / Javier Flores

En su caso su empresa ha decidido proporcionarles un piso en el litoral hasta que se solucione la situación derivada del corte de la carretera. Eso sí, antes de ello se ha llevado un buen susto por los caminos alternativos. "El jueves subiendo por Gaucín hacia Ronda se cayó un árbol delante de mi coche, me quedé en shock", ha explicado.

Salvador González es otro de esos trabajadores que lleva 15 años acudieron a su puesto de trabajo en la zona de Marbella. Jardinero de profesión, ahora vio toda su vida familiar alterada por este incidente, y es que, de tardar unos 35 minutos a su empresa ahora tiene que emplear más de dos horas de viaje si es que no encuentra retenciones. "Si te pilla la hora punta es mortal", ha relatado.

Para este igualejeño lo que está ocurriendo es un "desastre", al tiempo que ha lamentado que "no se dan cuenta que el dinero entre por esa carretera, es un pulmón de la Serranía". Además, al igual que otros de los afectados, ha coincidido en señalar que "la situación es insostenible a largo tiempo".

Salvador González, jardinero.
Salvador González, jardinero. / M.H.

Además, al golpe a la conciliación familiar se sume el incremento de los costes para ir a trabajar. "Es más gasoil y más gastos en el mantenimiento del coche, si antes hacías 100 kilómetros en un día ahora tienes que hacer más de 200", ha apuntado.

Lejos de lo que muchos piensan, entre estos trabajadores no hay solo empleados de la construcción. Es el caso de Paqui Marín, una arriateña que trabaja como logopeda desde hace 24 años en San Pedro de Alcántara. En su caso el problema es doble, ya que su marido, que tiene una empresa de excavadoras, también trabaja a diario en la Costa.

Ella se está planteando desde el primer día que se produjo el derrumbe y se temió que se prolongaría en el tiempo el pedir algún tipo de excedencia mientras dure este problema. "Está siendo todo muy frustrante y muy caótico, lo estoy pasando bastante mal, me está afectando emocionalmente y está siendo muy negativo", ha señalado.

Paqui Marín, logopeda
Paqui Marín, logopeda / M.H.

Y es que, según ha apuntado, esta situación supone que "de un día para otro se desestructura todo en tu vida, la estabilidad familiar y la económica". De hecho, su conciliación familiar le impide salir antes al tener que acudir al aula matinal del colegio de sus hijos. Ahora, tras anunciarse los plazos para la reparación las peores previsiones se han confirmado. "He pasado una noche fatal, en dos o tres semanas nos sentaremos a analizar la situación y veremos qué hacemos".

También en Arriate vive Cristóbal Fernández, un empleado de campo de golf que lleva 16 años en su empresa y casi 40 bajando a la costa a trabajar. En su caso está tratando de agrupar horarios y cambiar entradas y salidas para intentar evitar las retenciones. La historia es parecida a sus compañeros, y es que ya nota los problemas de conciliación familiar y un mayor gasto mensual. "Tienen a la Serranía noqueada, no hay forma de conciliar, es un desastre para todos", ha señalado.

Cristóbal González, empleado de campo de golf
Cristóbal González, empleado de campo de golf / M.H.

Eso sí, se ha tomado con resignación el problema a la espera de que llegue la reapertura. "No queda otra que echar paciencia, aunque les pediría celeridad", ha indicado Cristóbal.

Una situación que todavía es peor en el caso de María Antonia González, ella es propietaria de una de las pocas ventas que existente en esta carretera y que se encuentra ubicada a pocos kilómetros de la zona del derrumbe. "Hemos tenido que cerrar, hemos hecho un ERTE y los dos trabajadores y yo nos hemos ido al paro", ha señalado. A ella no le ha quedado otra opción, ya que su clientela llega toda por esa vía de comunicación y el corte de la carretera en estos momentos hace que sea imposible llegar hasta sus instalaciones.

Unos daños colaterales que no solo afectan a trabajadores que acuden a la costa, también se están viendo perjudicados sectores de la propia Serranía como es el caso de los taxistas. Ahora la demanda de viajes hacia la Costa del Sol diminuyó notablemente y el precio de los mismos se ve incrementado, por lo que dejan de ser tan atractivos como antes.

"Venía mucha gente en taxis desde Marbella a ver Ronda y comer, esos servicios que antes teníamos ahora los vamos a perder casi todos", ha explicado Rafael Almario, uno de los taxistas rondeños. Además, también temen que se pueden ver afectados los servicios para llevar a pacientes a los servicios sanitarios de la costa. "Ya he tenido que llamar a cliente habitual a decirle los precios con el nuevo recorrido y se lo está pensando", ha señalado.

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