Viaje en diligencia por las calles de Ronda
Los visitantes han podido admirar casi una treintena de carruajes históricos que han participado en el concurso de enganches
Los enganches se ponen a prueba por las calles de Ronda
Viajar en el pasado era muy complejo. Caminos polvorientos o llenos de barro que hacía que los carruajes de la época tuviesen muchos problemas para circular entre ciudades, en especial, en viajes largos. Un medio de transporte que durante muchos años fue la mejor forma de moverse o llevar el correo hasta que el ferrocarril comenzó a dejar aquellos coches tirados por caballos en los garajes.
En algunos lugares como Inglaterra algunos propietarios de aquellas diligencias las reformaron y durante un tiempo los utilizaron a modo de coches palco para ver las carreras, No obstante, el paso del tiempo y los avances tecnológicos terminaron por dejar estos carruajes en el olvido y deteriorándose poco a poco.
Afortunadamente, el trabajo de aficionados y coleccionistas han hecho que muchas de estas joyas históricas se puedan recuperar tras someterlas a costosas restauraciones. Ahora están destinados a coches de paseo y a participar en los numerosos concursos de enganches como el de Ronda que se organizan por todo el mundo.
Algunos de estos coches están dotados con todo tipo de comodidades de la época como sus propias maletas de pícnic. Otros, como las diligencias que tenían que hacer grandes recorridos de hasta más de 100 kilómetros, contaban con su propio taller ambulante en el que tener repuestos tanto para el carruaje como para los enganches de los caballos. Y es que había que ir preparados para solventar cualquier tipo de incidencia en el viaje.
Un sinfín de modelos que hoy han causado sensación entre los visitantes que han pasado por los alrededores de la plaza de toros rondeña en la que estaban estacionados. Allí esperaban su turno para entrar al ruedo y realizar los ejercicios previstos por parte del jurado. Eso sí, en esta ocasión sin público en sus gradas debido a las obras de rehabilitación del monumento.
Ante esta situación se instaló una pantalla gigante en la Alameda del Tajo para que se pudiese seguir la evolución de los carruajes en el interior de la plaza. Otros prefirieron las vistas de la terraza del hotel Catalonia Ronda en la que, mientras se toma alguna bebida, se ha podido seguir en directo el trabajo en el interior de la plaza.
No obstante, el hecho de no poder asistir en directo al espectáculo restó público y la afluencia en la calle Virgen de la Paz y los alrededores de la plaza fue bastante inferior a ediciones anteriores.
En la jornada del sábado los carruajes se adentraron hacia el casco antiguo rondeño volviendo a revivir aquellos momentos que seguro se produjeron en el pasado cuando eran el medio de transporte habitual.
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