Investigación

Los riesgos en la salud y en el sueño de dormir con luces encendidas

Los riesgos en la salud y en el sueño de dormir con luces encendidas

Los riesgos en la salud y en el sueño de dormir con luces encendidas

Ya se sabe que la exposición lumínica no es lo mejor que puedes hacer para un buen descanso. De hecho, el sueño está muy relacionado en la respuesta de nuestro organismo y nuestro cerebro a la luz.  Dormir por la noche y estar despierto durante el día es un ejemplo de un ritmo circadiano relacionado con la luz. Y esta misma luz que llega a los ojos da al cerebro la información incorrecta de que aún no es momento de dormir, afectando negativamente a la calidad y el ciclo de nuestro sueño.

Ahora, los resultados de una investigación vuelven a corroborar esta teoría.   Según los hallazgos, la exposición a una luz moderada mientras se duerme, en comparación  con dormir en una habitación con poca luz o a oscuras, afecta la respuesta del cuerpo a la insulina a la mañana siguiente y compromete la salud cardíaca. 

El hipotálamo -más concretamente el núcleo supraquiasmático-, que es la parte del cerebro que se encarga de segregar la hormona del sueño,la melatonina, no empieza a actuar y por tanto todo el sueño se retrasa. Si además esa luz se mantiene encendida durante toda la noche, las posibles repercusiones se incrementan.

En estudios previos ya se habría sugerido que habría relación entre los niveles de luz del dormitorio y problemas de salud como la diabetes o la obesidad, aunque dichos estudios eran observacionales y no experimentales. En este se descubrieron mayores riesgos llevando a cabo un experimento con adultos jóvenes de entre 18 y 40 años. 

AUMENTO DE LA FRECUENCIA CARDÍACA

El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern (Estados Unidos), ha llegado a esta conclusión tras analizar a 20 adultos sanos de entre 18 y 40 años, a quienes dividieron aleatoriamente en dos grupos: uno en el que se les expuso a la luz durante el sueño y otro al que mantuvieron a oscuras. Los participantes fueron estudiados durante tres días y dos noches y se les pidió que durimieran unas ocho horas.

En este estudio en concreto, el  grupo pasó dos noches consecutivas en un laboratorio del sueño con luz tenue (menos de tres lux), y el otro grupo pasó una noche con luz tenue y una segunda noche con niveles de luz moderados (100 lux).

Por lo general, la frecuencia cardíaca junto con otros parámetros cardiovasculares son más bajos durante la noche y más altos durante el día. Sin embargo, según Daniela Grimaldi, coautora del estudio, se detectó un aumento de la frecuencia cardíaca en los participantes expuestos a la luz más brillante durante el sueño. Este mayor estrés cardíaco puede provocar perjuicios en la salud cardiometabólica a largo plazo

DIABETES

Asimismo, también se objetivó una mayor resistencia a la insulina en los participantes la mañana después de dormir bajo una luz moderada,  es decir, a la capacidad de las células para responder a la acción de la insulina que transporta la glucosa fuera del torrente sanguíneo y que precede al desarrollo de la diabetes tipo 2. Para compensarlo, el páncreas produce más insulina lo que a la larga aumenta el nivel de azúcar en la sangre.

Las medidas de resistencia a la insulina fueron más altas en la condición de luz ambiental que en la de luz tenue, mientras que los participantes pasaron menos tiempo en el sueño de ondas lentas y movimientos oculares rápidos.

Según este estudio, una sola noche de exposición a la luz ya tiene consecuencias. Falta comprobar si estos efectos se acumulan por cada día que duermes con luz. Sea como fuere, los investigadores recomiendan que si es necesaria algo de claridad lo aconsejable es que sea luz tenue colocada lo más cerca posible del suelo. El color también es importante, señalando ámbar, rojiza o luz anaranjada como la menos estimulante para el cerebro.

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