La Columna y el Silencio procesionan los primeros tronos de la Semana Santa

El Señor de la Columna de Ronda, en la procesión.
El Señor de la Columna de Ronda, en la procesión.
J. Flores Ronda

24 de marzo 2016 - 01:00

Tras el parón del Martes Santo, día reservado para la celebración del vía crucis oficial de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, el Miércoles Santo contó en Ronda con las salidas procesionales de La Columna y el Silencio, dos de las cofradías que ponen en la calle un mayor número de hermanos. Al caer de la tarde, el barrio de San Cristóbal vivió su segundo gran día, con la esperada llegada de la salida procesional de la Columna, hermandad que procesiona a Nuestro Padre Jesús en la Columna y María Santísima de la Esperanza, conocida popularmente como La Novia de Ronda.

Mucho antes de la salida el público comenzó a agolparse en los alrededores de la iglesia de San Cristóbal. Era mucho el deseo de ver las largas filas de hermanos nazarenos, a la espera que desde un lateral comenzase el peculiar caminar de los dos tronos que pone en la calle esta cofradía.

Los horquilleros (hombres de trono) toman el relevo de los costaleros, que durante el Domingo de Ramos y Lunes Santo son los encargados de llegar a las imágenes de las diferentes hermandades. El Miércoles Santo trae los varales a la Semana Santa rondeña, que durante la jornada de ayer miró al estilo malagueño tras unos primeros días mirando a Sevilla. Aunque en la ciudad del Tajo se prefiere decir que se trata de estilos propios de una Pasión en la que se conjugan y conviven ambos.

Ya por la noche, cuando el reloj llegó a las once en punto de la noche, el Silencio se preparó para salir desde la Colegiata de Santa María. Tres golpes secos en su puerta y el llamamiento a "silencio" marcaron el inicio de la estación de penitencia del Cristo de la Sangre.

Los sonidos de las bandas de música fueron sustituidos por el ruido de las enormes cadenas que los penitentes portan enganchadas a sus pies, solo interrumpido por el tambor que acompaña al trono del Cristo de la Sangre para marcar el paso de sus horquilleros. Además, este año el silencio es absoluto, y es que la Schola Sancte Benedicto, que había venido acompañando a la cofradía durante las últimas estaciones de penitencia, no pudo incorporarse por bajas en el grupo. Es habitual que al paso de la hermandad los lugareños llamen la atención de aquellos que desconocen la tradición de sumarse al silencio de los hermanos nazarenos al paso de la cofradía.

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