Pandillas de adolescentes, vecinos de Cruz Verde, turistas de diferente lenguas maternas y feligreses de la Parroquia del Buen Pastor se congregaron alrededor de la casa hermandad de la cofradía de Crucifixión para ver la salida de sus Sagrados Titulares, la primera en abrir la jornada del Lunes Santo desde el entorno de El Ejido. Con puntualidad y bajo un cielo nublado, aunque sin peligro aparente de lluvia, comenzó el recorrido para esta hermandad que cada año ofrece estampas de gran belleza a su paso por las recogidas calles Peña y Mariblanca.  

A las 15:30 avanzaba el Cristo crucificado por la calle Los Negros con su habitual seriedad y elegancia. Unos cables pudieron provocar un contratiempo con la cruz, obstáculo que fue salvado a tiempo arrastrando unos centímetros el trono para volver a alzarlo a hombros.

La afluencia moderada de público en los inicios del recorrido de esta hermandad, fundada en 1977 y promovida por Antonia Hernández y un grupo de vecinos de este barrio obrero, hace posible ver los tronos de cerca, seguirlos calle abajo, observar sus detalles, contemplar el conjunto completo, dejarse emocionar por la música de la banda Jesús Nazareno de Almogía, que acompaña a la Virgen, y las cornetas y tambores San Juan Evangelista, del municipio Las Cabezas de San Juan, que lo hace tras el Cristo.

El Santísimo Cristo de la Crucifixión, una talla realizada en el año 1993 por el imaginero sevillano José Manuel Bonilla Cornejo, recibió pétalos de flores de los balcones cercanos poco antes de llegar a la Puerta de Buenaventura. Su adorno floral en colores morados y lilas era especialmente llamativo y resaltaban sobre el trono de estilo barroco. 

Tras los pasos de su Hijo, María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad, con el manto negro y el palio morado sin bordar, adornada con rosas de color crema sobre su trono de plata, completó el cortejo, que sí pasó por Carretería para continuar por Cisneros y acceder a la Tribuna pasadas las 17:30 de la tarde. La actual imagen fue realizada en el año 1987 por el imaginero hispalense Antonio Dubé de Luque.

Nazarenos prenden una vela con María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad al fondo.

Uno de los momentos más significativos para esta hermandad del Lunes Santo, que realizó su primera salida penitencial en 1995 tras ingresar un año antes en la Agrupación de Cofradías, fue su estación de penitencia en la Catedral, que más tarde compartirían Pasión y Dolores del Puente. 

Ya en el tirón definitivo, cuando los hombros de los portadores llevaban soportando más de ocho horas el peso de sus Titulares, tocaría subir la empinada calle Carrión y hacer alarde de fuerza para llegar de nuevo a la casa hermandad y completar un Lunes Santo que sabía de nuevo a gloria.