Dulce Nombre devuelve la Semana Santa al barrio malagueño de Capuchinos

A medio día, una vez vista Pollinica y con el deseo convertido en certeza de que este año no hay virus que pueda con la Semana Santa, la plaza de Capuchinos se convertía en punto de encuentro de músicos, nazarenos de túnicas marrones y portadores, con la cintura fajada para aguantar el tirón. También en lugar de descanso, de parada y bocadillo, antes de seguir la maratoniana jornada en la que se verían procesionar nueve corporaciones.

Todavía faltaba más de media hora para la salida de la cofradía del Dulce Nombre, hermandad franciscana gestada por un grupo de estudiantes salesianos a finales de los 80, pero que no ingresó en la Agrupación de Cofradías hasta el año 2003. Después de varias salidas penitenciales por el barrio, ese mismo año pudo unirse al recorrido oficial del Domingo de Ramos y así lo sigue haciendo desde entonces.

Con menos de 20 años de antigüedad en los itinerarios de la Semana Santa de Málaga, la cofradía es de las pocas que sale de un tinglao, apostado junto a su sede canónica, la iglesia de la Divina Pastora. A la hora señalada, la cruz guía y el cortejo de nazarenos salieron del templo para formar la procesión hacia la Carrera de Capuchinos. Sonaron las primeras campanas y el Señor de la túnica morada, inició el recorrido llevando de nuevo la Semana Santa a su Capuchinos.

Nuestro Padre Jesús de la Soledad, talla de Antonio Bernal sobre su trono aún sin dorar, representa el momento previo a la entrada de Jesús en la casa de Caifás, cuando su apóstol y amigo Pedro lo negó hasta tres veces. Con el acompañamiento musical de la Agrupación Musical Virgen de la Oliva de Vejer de la Frontera, el grupo escultórico en el que los soldados de la guardia del Sanedrín escoltan a un Jesús de manos atadas y negado por los suyos antes de que el gallo cante, bajó de su atalaya hacia las calles más céntricas de la ciudad.

Arropada por aplausos y una petalada desde los balcones de la iglesia, María Santísima del Dulce Nombre seguiría minutos después los pasos de su Hijo. Su manto de terciopelo azul turquesa sin bordar y su palio calado enmarcaban la bella Dolorosa, realizada también por el imaginero Antonio Bernal. La Banda Sinfónica Virgen de la Trinidad guió con sus notas los pasos del trono de plata.

Igual que hizo Pollinica horas antes, la cofradía recorrió Dos Aceras y Plaza del Teatro para seguir por las calles Comedias y Santa Lucía hasta la plaza de la Constitución y pasar por Tribuna, cuya hora prevista eran las 16:35. Uno de los momentos más significativos de esta cofradía de Domingo de Ramos sería su estación de penitencia en la Catedral.

El regreso, después de ocho horas de recorrido y previsto pasadas las 22:00, se hará por las calles Echegaray, Casapalma y Madre de Dios para subir por Dos Aceras hasta Capuchinos nuevamente.