El barrio marinero de Málaga, el Palo, dejó atrás los trajes de marengo que este verano salpicaban sus calles de colores blancos y rojos para celebrar otro de sus grandes momentos de devoción en la calle con la salida de la Virgen del Rosario. Esta procesión, que marca el punto culminante de las festividades en honor a la patrona de los vecinos, atrajo a una multitud de devotos y curiosos durante la tarde de este sábado, que se congregaron para rendir homenaje por todo lo alto, vestidos con sus mejores galas a pesar del calor que aún sigue marcando los días. 

Con el reloj marcando las 17:30, el incienso emanaba del interior de la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias al son de la Banda de Música Maestro Eloy García de la Archicofradía de la Expiración, que comenzó su repertorio con a Himno Nacional y la marcha 'Virgen del Rosario paleña' en honor a la titular. Con este sonido, la Virgen del Rosario inició su procesión de Gloria por las calles de su querido barrio, acogida por cientos de personas. Durante este solemne recorrido, la devoción y la emoción se entrelazaron en cada paso de la Virgen, y los fieles se unieron para acompañarla en su camino.

El itinerario tradicional de la procesión tuvo momentos especialmente significativos, como en la Avenida de la Estación, que la Virgen fue recibida con una lluvia de pétalos ofrecida por la Hermandad del Carmen de Pedregalejo, marcando un gesto de hermandad entre ambas corporaciones, o en la calle Miguel Moya, decorada con esmero por el grupo joven y destacada por su arco efímero bajo el que pasó la Virgen del Rosario mientras se lanzában pétalos en su honor.

Petalada a la Virgen del Rosario, patrona del Palo, durante su procesión

La procesión continuó su camino, pasando por las calle practicante Fernández Alcolea, donde las hermanas de la corporación realizaron una petalada, y en el número 43 los miembros de "La Fragata", que acompañaron el trono, confeccionaron una hermosa alfombra de sal. En este punto, el coro del centro de mayores ofrecieron sus voces a ritmo de sevillanas a Nuestra Señora del Rosario.

El colorido cortejo no olvidó hacer una parada en la plaza que lleva el nombre de la titular, ubicada a las puertas del cementerio, donde se recordó a los paleños fallecidos. Por otro lado, la calle Jurado de Parra fue el escenario de otra petalada ofrecida por un grupo de hermanos.

Con el reloj habiendo movido sus manillas unas cuantas horas, llegó la subida por la popularmente conocida "Cuesta del Rosario", que dio acceso a la zona de "La Viña". En este emblemático rincón del barrio, la Virgen fue recibida con altares callejeros, fuegos artificiales y cánticos que llenaron la noche de emoción y fervor. Finalmente, en la Calle Montiel, un grupo de hermanos recibió a la Patrona con una última petalada antes de que el cortejo regresara a su sede canónica, marcando así el cierre de una jornada de lo más emotiva para la barriada.

Con el encierro de la Virgen, El Palo se despide de estas festividades en honor a su patrona, cerrando así con broche de oro este período de fervor religioso y tradición que une año tras año a la comunidad, desde principios de septiembre, cuando comenzaron los actos, este año con el emotivo XXX Pregón pronunciado por D. Salvador de los Reyes Rueda y la presentación del cartel obra de D. José España Martín. Las festividades dieron inicio el día 4 de octubre con el Triduo en honor a la Virgen del Rosario, que culminó el 6 de octubre. El primer día de triduo estuvo dedicado a los hermanos y hermanas de la corporación, con la imposición de medallas a los nuevos miembros al final de la eucaristía, además de un conmovedor acto de hermanamiento con la Hermandad del Carmen de Pedregalejos.

Dos niños viendo la procesión en el Palo