Los coleccionistas de momentos tuvieron este Lunes Santo otro muy significativo en la plaza de los Santos Mártires. De la iglesia, este año recién restaurada, volvieron a hacer su apretada salida Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Amor Doloroso. Lo ajustado de la maniobra para sacar los tronos en un espacio que se les queda demasiado pequeño y la belleza de ver enmarcados bajo el dintel del templo a los Sagrados Titulares congregan cada año a una buena cantidad de devotos y curiosos.

Antes, en la vecina iglesia de San Julián, sede de la Agrupación de Cofradías, los nazarenos vistieron sus túnicas, realizaron la celebración de la Palabra y recogieron sus enseres para formar el cortejo. Los tronos pudieron salir de su sede canónica pero no así los penitentes, que se dirigieron hacia la puerta del atrio de los Mártires para iniciar desde allí el recorrido. Las bandas esperaron en la calle Comedias a su incorporación a la fila ya en Santa Lucía.

Después de dos años totalmente atípicos, la Archicofradía Sacramental de Pasión, cuya historia se remonta a los años 70, volvió a salir a la calle con su seriedad, recogimiento y elegancia habitual bajo un cielo encapotado para hacer estación de penitencia en la Catedral. Entraron por la puerta del sol de Postigo de los Abades y salieron por la puerta de las cadenas del Patio de los Naranjos. 

Entre las bóvedas del templo mayor se pudo contemplar una bonita estampa de la efigie del Señor, que representa el momento evangélico en que Cristo, cargando sobre su hombro izquierdo con la cruz, camino del Calvario, es ayudado por el Cirineo. Fue realizada en 1976 por el imaginero Luis Ortega Bru. 

La Dolorosa de túnica burdeos bordada en oro, al igual que el palio, siguió los pasos de su Hijo sobre su trono de plata. Con suavidad dio la curva de la plaza de la Constitución en su camino a la Tribuna oficial con  el acompañamiento de la Banda de Música Municipal de Arahal. Por lo céntrico de su recorrido, aunque su salida fue la más tardía del lunes, su paso por el recorrido oficial fue el segundo de la tarde. 

María Santísima del Amor Doloroso entra en la Catedral.

María Santísima del Amor Doloroso es una talla atribuida al escultor Antonio Asensio de la Cerda, quien la ejecutó en 1771. Su datación viene fijada por la fecha grabada en la hoja de la daga o puñal de plata que la imagen posee desde sus orígenes.