El Rescate alumbra Antequera

Antequera/El Martes Santo es uno de los días grandes de la Semana Santa antequerana. Es el turno del Señor del Rescate, una de las imágenes más veneradas de la ciudad. Desde primera hora de la mañana se vive el ambiente cofrade en la iglesia trinitaria que lo acoge, a la que se acercó un gran número de fieles para participar en la misa previa a la estación penitencial. Allí ya se podían ver a los sagrados titulares de la cofradía esperando su salida y con sus exornos florales colocados. Rosas mondial, longiflorum, lilas,gladiolo, jazmines y stephanotis floriunda para la Virgen de la Piedad, mientras que el Señor del Rescate llevó: Ranuculo, lilas, allium, calas, iris, erigyum, clavel y esparraguera.

Antes del recorrido, como es habitual en Antequera, partió la armadilla de hermanacos para recorrer las calles próximas al templo de la cofradía para anunciar la próxima salida de sus titulares en estación de penitencia.

En el ambiente de la ciudad se notaba que es un día importante y desde antes de su salida el ir y venir de cofrades y devotos no paraba en los alrededores del templo, que bastante antes del inicio de su recorrido ya estaba completamente lleno de público. Todo ello a pesar del día un tanto desapacible que hizo en la ciudad del Torcal. “Hay ganas de Semana Santa y mucho más después de lo que nos ocurrió el pasado año con el agua”, comentaba uno de los hermanos minutos antes de iniciar el recorrido.

Muchos de ellos llevan en la mano una vela, sencilla, sin nada especial, con una arandela plástico o papel de aluminio en forma de copa para evitar que la cera caliente puede quemar las manos al desprenderse conforme va ardiendo, para caminar justo detrás del Rescate alumbrándolo con sus velas por el recorrido. Una enorme fila de penitentes vuelve a acompañarle con normalidad por las calles antequeranas por alguna promesa o simplemente porque sienten que tienen que ir junto a Cristo.

Pacientemente han esperado que los hermanacos realicen la salida desde el interior del templo y acometan la complicada bajada de las escalinatas que precede la entrada a la iglesia, hasta el punto de que en algunos momentos tocan con las puntas de sus dedos los tronos. Un momento en el que el silencio se hace en la calle por la complejidad de la maniobra y que inmediatamente se rompe en aplausos al superar este obstáculo en la calle. Antes se había vivido un momento muy parecido con la salida de María Santísima de la Piedad, y es que esta cofradía cuenta con la peculiaridad de que la imagen de su Virgen es la encargada de abrir el cortejo procesional para evitar que esa enorme cola de penitentes la dejasen muy separada de la imagen de su hijo.

Además de las filas de penitentes, un considerable número de mujeres ataviadas con el traje tradicional de mantilla, todas de negro, también formaron parte de la procesión. Todas vestidas de riguroso negro, como marcan las normas de la cofradía. Todo ello rodeado por cientos de personas que abarrotaron los alrededores de la iglesia, dejando una impresionante imagen.

Un recorrido en el que la cofradía también quiso tener un gesto hacia las personas que padecen trastorno del espectro aAutista para que puedan presenciar el paso de sus titulares, por lo que realizaron en silencio el tramo del recorrido de calle Infante Don Fernando entre los cruces de las calles Carreteros y San Agustín.

Una jornada que dará paso este miércoles a otro de los momentos más esperados por los cofrades y el público en general, ya que hará estación de penitencia la cofradía del Cristo del Mayor Dolor y Nuestra Señora del Mayor Dolor, a los que acompañará la Legión. Además, serán los legionarios los encargados de realizar el traslado y entronización del Cristo del Mayor Dolor y hacerle entrega del tradicional gorro legionario con el que realizará su estación de penitencia por Antequera.