Semana Santa

Salesianos, solemnidad y recogimiento desde Capuchinos

  • El conjunto escultórico protagonizado por el Cristo de las Penas fue el segundo de la tarde en entrar en el recorrido oficial 

El Cristo de las Penas de la hermandad de Salesianos.

El Cristo de las Penas de la hermandad de Salesianos. / Javier Albiñana (Málaga)

La tarde del Miércoles Santo, con el calor y el viento como contraste de la jornada anterior, se iniciaba en dos extremos del extrarradio del centro. En el barrio de Capuchinos lo hacía con la Hermandad Salesiana y Cofradía de Nazarenos del Santo Cristo de las Penas, María Santísima del Auxilio, San Juan Evangelista y San Juan Bosco. Desde la lejana calle Ayala ya había comenzado su itinerario hacia el recorrido oficial, Medidadora. 

Desde la casa hermandad de Salesianos, inaugurada hace pocos años en la calle Eduardo Domínguez Ávila, salió el único trono de la corporación. El cortejo de nazarenos se había formado con anterioridad en la sede canónica, el Santuario de María Auxiliadora, en el colegio salesiano de San Bartolomé. Y es que fueron antiguos alumnos de dicho centro escolar los que decidieron crear una hermandad de penitencia en 1985.

Salesianos Salesianos

Salesianos / Javier Albiñana

Los nazarenos de túnica negra y ancho cinturón de esparto, que recoge una cola de dos metros, iniciaron su andadura hacia la calle Capuchinos camino de Ollerías, Comedias, Santa Lucía para ser la segunda en acceder al recorrido oficial por detrás de la Tribuna.

El barrio, como siempre, se volcó con el Cristo de las Penas, talla del imaginero Manuel Carmona Martínez, bendecida en 1989, y que representa el momento evangélico en el que Jesús entrega su madre a su discípulo amado, Juan. Puntuales a su cita con los fieles, después de tanta espera, la cruz guía inauguró el recorrido que los llevaría a hacer estación de penitencia en la Catedral, prevista pasadas las 21:00.

Las puertas de la casa hermandad se abrieron para que cada penitente pudiera dedicarle una mirada al conjunto escultórico, con su Crucificado en el centro, antes de partir en un recorrido de siete horas hasta su vuelta.

Seis ciriales precedieron durante el cortejo al trono de la hermandad salesiana, que se caracteriza por su sobriedad y recogimiento. La banda de música Jesús Cautivo acompañó con una deliciosa marcha la silenciosa y emotiva salida del hermoso trono de madera.

Las campanas de la vecina iglesia de la Divina Pastora repicaron con fuerza, al tiempo que se escuchaba una saeta a los pies del trono. Se pidió silencio para escuchar como le rezaba otra cantaora en las inmediaciones de la plaza de Capuchinos, el mismo lugar que el Domingo de Ramos acogió la salida de la cofradía del Dulce Nombre.

En su avance lo dejaron sus vecinos mas cercanos para ser recogido por otros, que tampoco quisieron perderse el hermoso trono salesiano.

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