Tres monedas, algunos claveles rojos y pequeñas notas con los deseos escritos son los objetos que sostienen en sus manos la larga fila de devotos que se acercan este primer viernes de marzo a la parroquia de Santiago de Málaga. Cada año, este acto se repite por tradición entre los fieles que, tras el cambio de túnica del Cristo de Medinaceli de azul a burdeos, depositan las monedas a sus pies para hacerle tres peticiones al titular para que les conceda una de ellas, según la tradición.

Durante la mañana de este viernes, calle Granada ha sido un hervidero de gente esperando a las puertas de la iglesia con especial ilusión este año, ya que la imagen del cautivo regresó hace poco más de una semana al templo tras un proceso de restauración en el taller Santa Conserva de Antequera, donde ha permanecido cuatro meses.

La parroquia, para ponerse a disposición de todos los que quieran continuar con esta tradición a lo largo de la jornada, ha abierto sus puertas a las 8:00 y no las cerrará hasta las 23:00, exponiendo en el altar mayor a Jesús de Medinaceli entre claveles rojos y escoltado por cirios y faroles. Además, se ha celebrado eucaristía a las 10:00 y a las 12:00, y esta tarde tendrán de nuevo lugar dos más a las 19:00 y a las 21:00. El rosario se rezará esta tarde a las 18:00 y tendrá lugar la lectura de la Pasión de Cristo a las 20:00.

Historia y leyenda

Personas pidiendo sus deseos al Cristo de Medinaceli

La tradición de hacer este pequeño peregrinaje para ver a Jesús de Medinaceli y llevarle las ofrendas se remonta al siglo XVII cuando unos frailes trinitarios consiguieron rescatar la imagen de los sarracenos que, tiempo atrás, la habían robado. Aunque este hecho sí se recoge en diversos archivos y documentos históricos, surgieron numerosas leyendas en torno a la imagen y a lo acontecido.

Una de las más contadas, y por la que se tiene la costumbre de llevar las tres monedas en la actualidad cuando llega la fecha, relata que para poder llevarse de nuevo la imagen de Cristo, los sacerdotes debían pagar su peso en oro y que con tan solo tres piezas la balanza que pesaba ambas partes se equilibró debido a un milagro. Siglos después, muchos malagueños esperan que el milagro se repita con sus ruegos cada primer viernes de marzo.