Semana Santa

Viernes de respeto y Sepulcro

  • El cortejo de Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad demostró, una vez más, el verdadero significado de la solemnidad propia de esta jornada por las calles del centro

Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro, en la salida desde su casa hermandad

Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro, en la salida desde su casa hermandad / Domingo Mérida (Málaga)

Son muchas las Imágenes que procesionan en la jornada del Viernes Santo, todas representando la Imagen de Cristo ya fallecido tras su sufrimiento en la Cruz, y de su Santa Madre llorando su muerte. Sin embargo, el discurrir de la Hermandad del Sepulcro tiñe, aunque sea tan solo por unos minutos, de solemnidad y respeto las calles del centro, algo que se pierde en el resto de días.

Con la noche ya despuntando en el horizonte, y con una calle Alcazabilla completamente llena, los capirotes de terciopelo negro comenzaban a avanzar a los sones de dos tambores roncos que marcaban el discurrir de la cruz guía. Tras ellos, un extenso cortejo nazareno, que portaban cirios rojos, alumbraban el caminar del titular, mientras que cuatro grandes ciriales colocados en línea custodiaban el catafalco del Señor.

Los nazarenos de la sección del Cristo, avanzan por una concurrida calle Alcazabilla Los nazarenos de la sección del Cristo, avanzan por una concurrida calle Alcazabilla

Los nazarenos de la sección del Cristo, avanzan por una concurrida calle Alcazabilla / Domingo Mérida (Málaga)

Los seis apóstoles que remataban las cabezas de varales del trono, comenzaban a salir lentamente, con una suave mecida, desde el interior de su casa hermandad. El público mantenía el silencio y los móviles eran levantados a la máxima altura que los brazos permitían para poder capturar algún fragmento de la reducida talla de Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro, todo ello mientras la Banda Municipal de Málaga interpretaba los primeros sones de la marcha fúnebre de Chopin.

Tras la formación musical, una pequeña promesa acompañaba al titular, mientras que los nazarenos de la sección de la Virgen comenzaban a avanzar por el entorno de la Plaza de la Merced. Unos metros más atrás, y ya con la luna como protagonista sobre el cielo, Nuestra Señora de la Soledad iniciaba su salida procesional, regalando a todos los presentes una bella estampa en su discurrir a los pies de una Alcazaba iluminada que se despedía por unas horas de la titular hasta su regreso.

Nuestra Señora de la Soledad, a los pies de la Alcazaba Nuestra Señora de la Soledad, a los pies de la Alcazaba

Nuestra Señora de la Soledad, a los pies de la Alcazaba / Domingo Mérida (Málaga)

Con el paso de la Dolorosa, que anoche lucía radiante ataviada con una saya del año 1939 y cuyos bordados provenían del antiguo palio realizado por las RRMM Adoratrices, el silencio volvía a reinar en el ambiente. Nuestra Señora de la Soledad avanzaba con serenidad, pero sin perder el paso, con su candelería completamente encendida y acompañada por la Banda de Música de la Archicofradía de la Esperanza.

Los aplausos no hicieron acto de presencia con el paso de los Sagrados Titulares de la Hermandad del Sepulcro, pero algunas miradas hacia las Imágenes y el respeto al mantener el silencio durante el caminar de los mismos, decían mucho más que lo que esconde una ovación.

Con la solemnidad que tanto caracteriza a esta corporación, continuaron su itinerario para llegar al recorrido oficial antes de las 23:00 horas, saliendo del mismo bien entrada la medianoche y finalizando su Estación de Penitencia pasadas las dos de la madrugada.

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