Confusión y quejas por los nuevos controles de acceso a las sillas de la Semana Santa de Málaga con código QR
La Asociación de Cofradías asegura estar puliendo el sistema
¿Qué les parece los nuevos controles de acceso a las sillas de la Semana Santa en Málaga?

El nuevo sistema de entradas para los abonados de la tribuna y sillas de Semana Santa mediante código QR deja disparidad de criterios y confusión entre los usuarios. Mientras tanto, desde la Agrupación de Cofradías defienden el sistema y aseguran la necesidad de éste por normativa. Además, insisten en que está en rodaje.
Sin embargo, el sistema no está exento de polémica. Son varias las quejas que esgrimen los asistentes más veteranos en tribuna o silla respecto a la organización; códigos defectuosos, falta de personal, tardanza a la hora de colocar sillas, aglomeración excesiva de éstas, gente que se aprovecha del descontrol para colarse...
Isabel, asidua a las procesiones, compara situaciones de años anteriores con la de éste: "Todos los años no hemos tenido problema para sentarnos, el problema es que no te puedes sentar cuando quieres". Ahora tienen que esperar a que pongan los sellos en las sillas y se queja de la poca antelación con la que se colocan éstas.
"Le veo desventajas al modelo, y sabes lo que pasa, que el domingo estaba todo vacío", lamenta Isabel. Antonio Aguilar, habitual espectador y presente en la segunda fila de uno de los sectores situados en la Alameda Principal, cree que el sistema es "una tontería". Recuerda un episodio que presenció el domingo: "Una familia que tenía cinco sillas se encontró con doce personas en su sitio". El personal de seguridad expulsó a esta gente cuando fueron avisados por dicha familia, explica Antonio. "Los muchachos que trabajan aquí son espectaculares, pero están desbordados por la falta de personal". Propone una solución: "Dos horas antes del evento deberían cerrar cada sector y que hubiera personal suficiente para controlar la entrada y la salida".
Manuel Albarrazín, que ha llegado con su mujer en torno a las 17:00 horas, no ha podido sentarse en su lugar porque aún estaban colocando las sillas. Javier Ramos lleva desde 1976 alquilando una silla y muestra su descontento con el modelo que se aplica este año. "Hay algunas zonas con operarios que aún no han recibido el QR y no pueden pasar las entradas", argumenta. Él pudo pasar con su mujer pero, no le pudieron chequear la entrada.
No todos manifiestan desconformidad. Raquel acude por primera vez a la zona de sillas y no encontró ningún problema con el acceso en el Domingo de Ramos. "De momento todo bien", afirma. Francisco, que se sitúa en la zona de tribuna en calle Larios, era de los primeros en ocupar su asiento en ese sector. "Tanto el control como el acceso han ido bien", asegura. El único pero que destaca es el tamaño de las sillas, desea más anchura.
Postura de la Agrupación de Cofradías
El vicepresidente de la Agrupación de Cofradías, Manuel Torres, explica que el sistema cuenta "con más de 80 puntos de acceso" y todavía está en proceso de rodaje. "Hay algunos puntos en los que hemos tenido problemas, como en la plaza de la Marina, que estamos tratando de solucionar", sostiene. Asegura que este modelo "es necesario por normativa, para controlar el aforo, y para evitar el acumulamiento excesivo de la gente en las tribunas y zonas de sillas". Recalca que la situación "es bastante mejor que en otros inicios de Semana Santa". Otro tema polémico entre los asistentes es el reparto y número de sillas, Torres comenta que "han dado órdenes a la empresa instaladora de sillas" para mantener una distancia suficiente entre éstas.
Distribución de las sillas
En lo que sí hay más unanimidad entre la gente es en el problema que supone el número de sillas. José Luis el año pasado tenía un abono para presenciar el paso de las cofradías desde una silla y este año ha decidido no pagarlo, "ponen demasiadas sillas y tienes un espacio muy corto, si no estas en la primera o segunda fila se ve fatal". Antonio Aguilar cree que "hay que redistribuir mejor el espacio", se lamenta de que las sillas están "muy juntas".
Javier Ramos confiesa incomodidad, "tus piernas no caben porque chocan con la silla de delante". Cita a la falta de tribunas y el aumento de filas como causantes de esta situación: "En el sector 21 había tribunas hace unos año, ahora hay sillas de nueve filas, cada vez son más, y te quedas encajonado". Tiene dos sillas en calle Larios, en anteriores épocas había cuatro filas, "era como estar en el sofá de casa". Exige una solución porque las entradas "no son precisamente baratas". Pide recortar el número de filas, alegando que es bueno para la seguridad y para hosteleros y comerciantes de la zona, "hay gente que trabaja que se ve afectada".
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