Semana Santa

La devoción que tiñe todos los rincones

  • Pasión y Fusionadas procesionan por las calles del municipio 'escoltadas' por cientos de personas

EL olor a incienso y la religiosidad desbordaron anoche las calles de Fuengirola en uno de los días más esperados de su Semana Santa. Dos procesiones recorrieron el centro de esta localidad escoltadas por cientos de personas que no quisieron perderse ni un solo detalle de los cortejos que año tras año, debido a su buen hacer, ganan adeptos en esta parte de la provincia.

A las 20:30 la Real, muy ilustre, Venerable y Sacramental Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén, Nuestro Padre Jesús de Pasión, María Santísima de la Esperanza y Nuestra Madre y Señora de la Soledad salió de la casa hermandad de calle Córdoba. Cuatro días antes, el Domingo de Ramos, esta cofradía ya había pisado la calle, aunque esto no restó ni un solo ápice de entusiasmo. Es más, el cortejo contó con la presencia de unos 200 nazarenos ataviados de blanco y morado, en el caso del Cristo, y de blanco y verde para la sección de la Virgen.

La Virgen de la Esperanza estrenaba una nueva fase del techo del palio, que ha sido realizada por la hermana Pepi Cuevas bajo el sello de Miguel Ángel Martínez. Se trata de un tisú de oro con motivos florales y hojarasca, aunque el diseño también contará con cuatro dibujos en las esquinas. El trono de la Virgen fue portado por unos 110 hombres de trono y adornado con un arreglo floral bastante exótico, ya que estaba conformado por calas, orquídeas y rosas blancas y de color rosa.

Por su parte, el trono del Cristo de Pasión fue mecido por otros 110 portadores que se encargaron de bailar con él ante la atenta mirada de cientos de fuengiroleños. Una de las señas de identidad de este trono es su decoración floral, ya que la talla resaltó sobre un monte de claveles de color cardenal. La salida, como es tradición, fue uno de los momentos más espectaculares de la procesión, pues se produjo en una calle muy estrecha y obligó a los portadores a mostrar su pericia.

Pero el Jueves Santo fuengiroleño no terminó ahí y a esa misma hora comenzó la procesión de Nuestro Padre Jesús atado a la Columna y María Santísima de la Amargura de la Cofradía Fusionada. Una vez más fue la casa de la hermandad de calle Pintor Nogales el punto de salida del cortejo. Las dos procesiones tuvieron como centro neurálgico la plaza de La Constitución que está en pleno centro.

Entre las principales novedades de este año en Fusionada hay que destacar la restauración de los cuatro faroles, así como de la peana del trono de Jesús y de los dos arbotantes traseros en el de la Amargura. De hecho, hay que recordar que la talla de la Virgen fue restaurada hace un par de años en el taller de Rafael Ruiz de Liébana.

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