Hay imágenes en las hermandades de Semana Santa que, por algún motivo que escapa a la razón humana, logran calar en el corazón de los malagueños. Algunas lo hacen en menor medida y otras a mayor escala. Luego está Jesús Cautivo, que desborda todo lo previsible. La talla del Señor, obra del granadino José Martín Simón del año 1993, llegó al barrio malagueño de la Trinidad destinado a ser un Ecce Homo (de ahí que porte corona de espinas, poco común en la iconografía del cautivo), pero la providencia quiso que vistiese una túnica blanca. Romper la norma o el canon supuso, en este caso, fraguar lo que hoy en día es un icono reconocible a simple vista. Un icono devocional que traspasa las fronteras de su barrio.

De todas partes viene gente a ver el procesionar del Señor de Málaga y la Virgen de la Trinidad Coronada, que también cuenta con un peso devocional importante en el barrio. Foráneos y propios malagueños suelen acudir a veces con la misma pregunta: ¿Dónde ver la cofradía? A lo largo del recorrido, cuenta esta hermandad con diversos puntos señalados donde ver el cortejo, algunos de ellos ya conocidos y otros no tanto.

Barrio de la Trinidad

Tanto a la ida como a la vuelta, el transitar de ambos titulares por las calles del barrio de la Trinidad son de un gran sabor cofrade. Un barrio que resiste a perder su esencia se vuelca cada Lunes Santo al paso de la cofradía. Recomendable es verla por la estrecha calle Carril o por la calle Trinidad en los últimos metros de la procesión.

Otro de los grandes momentos de la cofradía tiene lugar en la frontera invisible que divide el Perchel con la Trinidad: la calle Mármoles. El Señor caminando dirección al centro de la ciudad mientras el sol le baña la espalda, generando un contraluz donde se le transparenta la túnica, sumado a la nube de incienso que lo envuelve, hace que el espectador vive uno de los momentos más mágicos de la Semana Santa.

Puente de la Aurora

Unos metros más adelante de la mencionada calle Mármoles, se encuentra el Puente de la Aurora. Pocas imágenes más icónicas de la Semana Santa y más interiorizadas en el imaginario colectivo de la ciudad que Jesús Cautivo cruzando el puente. No son pocos los que allí se concentran con horas de antelación para vivir ese momento. La cofradía lo cruza tanto a la ida como a la vuelta.

Catedral

Ya en la noche del Lunes Santo, cuando la hermandad abandona el recorrido oficial, otros de los momentos claves para ver a Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad es el entorno de la Catedral. Con la parroquia del Sagrario, el antiguo hospital de Santo Tomás o el primer templo de la ciudad como telón de fondo, las calles Molina Lario, Santa María y San Agustín dejan estampas irrepetibles al paso de ambos titulares en sus tronos procesionales.