La trinitaria iglesia de San Pablo se encuentra actualmente en obras. Por este motivo, durante el pasado mes de febrero, la Junta de Gobierno de la hermandad de la Salud tomó la decisión de trasladar las sagradas imágenes de la corporación a la parroquia de Santo Domingo cuando comenzasen dichos trabajos tras la Semana Santa.

Esta medida se aprobó por parte de los responsables de ambas parroquias, pero la declaración de la pandemia y las medidas de confinamiento decretadas por el coronavirus imposibilitaron llevar a cabo el traslado. Por ello, las imágenes permanecerán en el interior de la iglesia de San Pablo. Además, era necesario montar un altar efímero en la parroquia de Santo Domingo, al no existir ninguna capilla libre que pudiera acoger al cristo de la Esperanza en su Gran Amor y a la virgen de la Salud.

“En el momento actual, la finalización de las obras de la parroquia está prevista para final del mes de junio y con mucha probabilidad, según nos informa nuestro párroco, a mediados de junio pueda habilitarse la parte más cercana a la plaza de San Pablo, para que puedan acceder los fieles”, informa la hermandad de la Salud en un comunicado.

El traslado del crucificado implica importantes problemas de infraestructura, como las propias obras del interior del templo trinitario, el montaje y recolocación en la sede provisional y el sistema de carga para asegurar un traslado digno y seguro. Finalmente, la hermandad retomará el culto público a sus sagrados titulares en cuanto las obras lo permitan y pueda abrirse su capilla.

Por el momento, la iglesia de San Pablo ha abierto el oratorio provisional de los salones parroquiales donde se encuentran María Santísima de la Salud y el Santo Traslado. Este espacio recibe la visita de fieles de 9:30 a 12:00 y de 17:30 a 19:30 horas. Las misas se oficiarán a las 10:00 y a las 19:00 de lunes a sábado, los domingos serán a las 10:30 y a las 19:00.

Distinto ha sido el caso de la cofradía del Cautivo. La corporación del Lunes Santo reside provisionalmente en la parroquia de la Amargura desde el pasado 23 de mayo. En este templo permanecerán hasta que finalicen las obras de San Pablo, su sede canónica, a la que volverán cuando concluyan los trabajos. La cofradía del Cautivo trasladó a las sagradas imágenes de manera privada, siguiendo todas las normas que marcan el estado de alarma por la pandemia de Covid-19.