Cofradías

El Señor de la Humildad llena las calles en el 325 aniversario de la hermandad

  • La imagen procesionó con su grupo escultórico y una nueva balconada desde el interior de la Catedral

La Humildad, a su salida.

La Humildad, a su salida. / J. L. Pérez

El Cristo de la Humildad volvió a ser protagonista de una tarde con sabor a Domingo de Ramos. En la conmemoración del 325 aniversario fundacional de la primigenia corporación nazarena, el Ecce Homo transitó una vez más por el Patio de los Naranjos de la Catedral para mostrar el escarnio de un pueblo frente a la elección de Barrabás.

La corporación nazarena realizó en el interior del primer templo una eucaristía presidida por el Obispo y ubicó la imagen de Francisco Buiza en el presbiterio, en un lugar destacado. Una vez finalizado el acto, la imagen fue trasladada en la intimidad hasta su trono procesional, que contó con el grupo escultórico de Elías Rodríguez Picón, al que se añadió una balconada que recordó al primigenio misterio, desaparecido en la década de los años treinta del siglo XX.

La banda de cornetas y tambores de la archicofradía de la Esperanza puso los primeros sones tras el trono al cruzar el dintel de la Catedral con el debido respeto por parte del público, en la complicada maniobra que requiere cruzar el espacio. La imagen quedó envuelta en nubes de incienso al sumergirse en las calles del centro histórico, con cadencia, para alcanzar sus dos parroquias históricas antes del anochecer: Santiago y la extinta iglesia de la Merced. Ese espacio fue aprovechado por los hermanos para buscar entornos más recogidos en Lagunillas y alcanzar el barrio de la Victoria con la noche. Allí le esperaron la escuela de música del Rocío, que interpretó Cristo de la Humildad, y el cantaor flamenco Emi Bonilla.

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