Semana Santa

Un río de luciérnagas

  • Nuestro Padre Jesús Nazareno tiñó de morado las blancas calles del centro

EL Miércoles Santo es el día en que Marbella se tiñe de morado desde el momento en el que centenares de penitentes atraviesan el dintel de la puerta de la Iglesia de la Encarnación al tiempo que los tambores anuncian la llegada de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Una saeta. Aplausos. La devoción que nace de esa túnica morada es capaz de congregar a miles de fieles ante la imagen tallada por José Rivera en 1943 y que fue restaurada hace casi una década por el malagueño José Dueñas. El trono, construido por Cristóbal Martos en 2001, lo portaron 115 hombres tocados con sarga y faraona moradas, cíngulo dorado y guantes blancos.

El fervor que llevó a cada rincón del pueblo dejó un año más la estampa de cientos de promesas que, ya entrada la noche, siguieron los pasos del Señor de Marbella. Un auténtico río de luciérnagas desfilando, alumbrando, llenando de color las blancas calles del casco histórico de la ciudad. A continuación hizo lo propio María Santísima del Mayor dolor, que a los hombros de 120 hombres de trono se mecía a los sones de la Agrupación Musical La Pollinica. La Virgen estrenó este año una nueva falla, obra de Sebastián Marchante, que fue bendecida el pasado 7 de marzo. También estrenaba una nueva campana de 15 kilos de peso donada por un grupo de jóvenes de la Hermandad del Nazareno.

Con ambos tronos en la calle y el eco de dos bandas de música interpretando marchas de procesión por las angostas callejuelas del centro, con el rostro iluminado por las velas y la emoción de casi poder sentir el peso de la cruz que el Cristo acarrea sobre su hombro izquierdo, con los continuos toques de campana, el ir y venir de los capataces, la sonrisa de los más pequeños que se estrenan por primera vez en procesión, Marbella dejó atrás por un instante los problemas para quedar embelesada por la imagen de su Señor, Jesús Nazareno y María Santísima del Mayor Dolor.

Como novedad, la cantante Diana Navarro fue la protagonista de la noche, quien tenía previsto interpretar varias saetas al paso de los tronos por la avenida Nabeul. La doble esquina de las calles Chorrón con calle Portada y Lobato fue otro de los momentos clave, en los que ambos tronos, cabe decir que los dos más grandes de la Semana de Pasión marbellera, pasan a escasos centímetros de la misma. A su paso por la zona del castillo iluminado podía verse la sombra del Cristo portando la pesada cruz reflejado en la muralla. La Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima del Mayor Dolor y Santo Sepulcro concluyó así la primera de sus dos salidas procesionales en la Semana Santa de Marbella de su nueva junta de gobierno. La segunda tendrá lugar el Viernes Santo con la procesión del Cristo del Santo Sepulcro.

Por otro lado, esa misma tarde también tuvo lugar la procesión en Nueva Andalucía del Cristo del Perdón y de Nuestra Señora del Dolor y la Esperanza desde la parroquia Virgen Madre. El acompañamiento musical lo llevaron a cabo la banda de cornetas y tambores Nuestra Señora del Carmen de San Pedro Alcántara y de la banda de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Estepona.

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