Semana Santa

La tarde de la muerte y las tinieblas sentida en multitud

La Virgen de la Soledad de la cofradía del Sepulcro ante una calle Alcazabilla repleta.

La Virgen de la Soledad de la cofradía del Sepulcro ante una calle Alcazabilla repleta. / Domingo Mérida (Málaga)

Ocho hermandades con sus 15 tronos narraron ayer en la calle el episodio más triste de la Pasión de Cristo. El Viernes Santo es el día de la muerte y las tinieblas, del luto, de las túnicas negras, del silencio, de la penitencia más estricta, aunque desde una terraza de copas se pidieran a voces dos Bacardi cola mientras San Juan enmudecía con el Cristo de la Redención.

El sol y el calor volvió a ser protagonista, así que no hubo dudas ni reuniones de comisiones de aguas. Todos los que tenían prevista su salida lo hicieron, aunque hubo retrasos. Más de 20 minutos en el Santo Traslado, por ejemplo, desde La Trinidad. También el Sepulcro se hizo esperar y hasta media hora después del momento señalado en el itinerario no se dejó ver el trono en fuera de su casa hermandad.

La calle estuvo casi tan llena como en la jornada del Jueves Santo, lo que se llevó peor al no estar tan prevenido. Gente haciendo cola en las heladerías de la Victoria, comprando chuches en el puesto o caña de azúcar y limones cascarúos. También en los pasos habilitados en la calle Larios, aluviones por los estrechos callejones por los que se quería sortear una vía colapsada por la procesión.

La Soledad de San Pablo, de la hermandad del Traslado, cruza el puente de la Aurora. La Soledad de San Pablo, de la hermandad del Traslado, cruza el puente de la Aurora.

La Soledad de San Pablo, de la hermandad del Traslado, cruza el puente de la Aurora. / Marilú Báez (Málaga)

Difícil lo tenían los que buscaban mesa para cenar sin haber hecho reserva. Por eso, las filas en las casetas de comida rápida fueron más largas que alguna sección de nazarenos de este viernes. 

Fue la tarde de pedir silencio y de otorgarlo, de disfrutar con respeto, de ser testigos más callados que nunca, aunque eso sea pedirle demasiado al publico malagueño. El Sepulcro sembró recogimiento frente al Teatro Romano y las notas de la banda municipal del Ayuntamiento de Málaga llevaron la emoción hasta el último poro de la piel.

La Piedad pasa frente al mercado de Salamanca. La Piedad pasa frente al mercado de Salamanca.

La Piedad pasa frente al mercado de Salamanca. / Marilú Báez (Málaga)

También los rezos de los hermanos de Servitas, el traslado del Calvario desde la ermita, el rostro desencajado por el sufrimiento de la Piedad y las cruces a cuestas de los nazarenos de Dolores de San Juan. Y los conjuntos escultóricos ofrecen piezas del patrimonio cofrade malagueño tan hermosas como el Descendimiento o el Cristo del Amor.  

Pero además de procesión de fe en la calle, fue la noche de los tapones humanos en vías y plazas, de multitudes como pocos Viernes Santo se han visto. La marea en el entorno de Alcazabilla, en Císter o Álamos fue abrumadora en las primeras horas de la noche. Las dificultades para moverse, también. Al final va a resultar que no solo interesa la Legión. 

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