La subvariante BA.2.75, conocida popularmente como centaurus (o centauro), es otra de las subvariantes de la COVID-19 que se han ido sucediendo desde el inicio de la pandemia. Centaurus es ya considerada por la Organización Mundial de la Salud como una variante preocupante y aumentó su vigilancia sobre ella el pasado 7 de julio, dado el aumento del número de casos frente a otros subtipos de covid como el BA.4 y BA.5 (las llamadas COVID-22 de forma no oficial), las grandes causantes de la séptima ola.

Nuevas mutaciones, nuevos retos

Los principales problemas que supone la subvariante centaurus se explican por sus mutaciones. Cuanto más mute una variante, más cambia respecto a la original y con ello también lo hacen sus características, como la capacidad de contagio (o de hacer que las personas que ya la han superado vuelvan a contraerla). Centaurus tiene 45 mutaciones que ya se habían visto en BA.5 y unas 15 mutaciones propias. Y respecto a la capacidad de la subvariante BA.2.75 de contagiar la enfermedad, algunos expertos consideran que podría serlo entre cinco y siete veces más que sus predecesoras, aunque no hay consenso en la comunidad científica sobre estos datos.

Esto se debe a las mutaciones en la proteína de la espiga, que podrían permitir a esta variante superar la barrera del sistema inmune con mayor facilidad, incluyendo la de personas que tienen anticuerpos procedentes de vacunas o de haber superado la enfermedad recientemente. Esta posible capacidad de la subvariante centaurus sigue también en estudio y es uno de los motivos de la vigilancia de la Organización Mundial de la Salud.

Es una variante que está en alza, pero que sigue siendo estudiada por los expertos (se detectó por primera vez a finales de junio de 2022). Por ello, no se sabe exactamente cuál es el período de tiempo en el que los pacientes que superan la enfermedad están a salvo de volver a contagiarse, por lo que es necesario ser precavido desde que se vuelve a dar negativo y hacer caso a las recomendaciones de las autoridades (espacios ventilados, mascarilla y distancia de seguridad)ya que los científicos afirman que “es más transmisible e inmunoevasiva” que la anterior.

Una sanitaria española tiene el récord de reinfección por covid, ya que en un periodo de tan solo 20 días desde su primera infección covid con Delta, en diciembre 2021, volvió a dar positivo por ómicron en enero de ese mismo año.