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En plena crisis sanitaria provocada por el coronavirus, antes de acabar este fatídico 2020, llegan noticias de la aparición del denominado Norovirus. Muy contagioso para todas las personas pero en especial para los niños, a los que provoca cuadros de gastroenteritis y vómitos.
Este agente extraño apareció por primera vez en una escuela de Norwalk, Ohio en 1968. Desde entonces, no ha tenido mucho recorrido pero se han visto varios casos en el último año. Por ello, las autoridades sanitarias han querido alertar a la población para que tomen precauciones, en concreto, con los más pequeños de la casa. el Norovirus se contagia de forma rápida y se puede contraer a través del contacto directo con una persona infectada, consumir alimentos o agua contaminados o tocar superficies contaminadas y luego llevarse las manos sin lavar a la boca.
Otra de las cuestiones más alarmantes es que el Norovirus se puede contraer en diferentes etapas de la vida ya que existen muchos tipos diferentes y se puede tener inmunidad ante varias cepas, pero no todas. Este virus también suele denominarse gripe estomacal, pero no está relacionada con ella en ningún aspecto.
Los especialistas sanitarios afirman que puede afectar a la totalidad de la población, pero los niños son un grupo en el que los síntomas pueden agudizarse en el transcurso de la enfermedad. Los síntomas más comunes son:
El Norovirus provoca una severa inflamación del estómago o los intestinos, es decir, una gastroenteritis aguda. Los síntomas pueden aparecer entre las 12 a 48 horas siguientes de contraer el agente y las personas suelen sentirse enfermas entre 1 y 3 días. otros síntomas que han observado las personas afectadas son: fiebre, dolor de cabeza y dolor de cuerpo.
Es fundamental no olvidarse de la deshidratación que provoca esta enfermedad, un aspecto que en los más jóvenes podría empeorar el estado de salud. Las alertas de la deshidratación aparecen cuando la persona observa una disminución de la micción, sequedad de boca y garganta o tiene momentos en los que se siente mareado al ponerse de pie. En relación a los pequeños, los progenitores podrán observar un llanto seco, somnolencia o inquietud.
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