El papel del sector primario en el Sureste español, tanto en el plano nacional como en el internacional, es importantísimo. Un sector especialmente dinámico, emprendedor, capaz de adaptarse, de auto-inventarse; un sector necesitado de un mayor reconocimiento por el papel transcendental que desempeña, sobre todo en la Región de Murcia, donde ha sido y sigue siendo un puntal de su economía y un embajador de nuestra tierra por el Mundo entero.

El sector agroalimentario de la Región de Murcia es, tal y como avalan los datos, uno de los motores que impulsan el desarrollo económico y social del Sureste español. Y todo ello superando un conjunto de obstáculos que no lo han puesto fácil en las últimas décadas.

A la creciente competencia interna y externa, se suma la escasez hídrica y unas condiciones climatológicas cada vez más extremas. Pero los profesionales del sector han sabido hacer de las amenazas una oportunidad, de la necesidad virtuosismo, y lo han hecho abanderando la eficiencia hídrica y energética, lo que ha permitido al sector agrario y a la industria incrementar sus cifras de producción y de comercialización.

Una transformación paulatina que ha ido de la mano de la apuesta decidida por la innovación y la tecnificación de los procesos, incluyendo la tecnología en el día a día de cada uno de los puntos de la cadena productiva. Pero también ha ido de la mano de la calidad, que hace que nuestros productos sean justamente reconocidos en el plano internacional desde hace décadas por su sabor y sus propiedades.

Podemos decir con plena convicción y con la confianza de que seremos capaces de remover las dificultades y de superar los retos que se nos plantean

A la calidad sumamos la variedad, pues existe una gran riqueza agroalimentaria que va desde la producción diversa de frutas, hortalizas y frutos secos, hasta empresas conserveras, industrias cárnicas o lácteas, quesos, vinos y productos del mar (pescado y marisco fresco, salazones, etc.). Un panorama que lleva a la Región de Murcia a ocupar el segundo puesto de España como exportadora de alimentos, con cifras anuales que superan los 5.000 millones de euros.

Y para seguir dando pasos que permitan, no solo consolidar, sino avanzar en esa posición de privilegio, el Gobierno de la Región de Murcia trabaja codo con codo con el sector agroalimentario impulsando líneas de ayudas y programas que se ajustan a las necesidades de los profesionales, a las demandas europeas para adaptarse a los retos en favor de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, a las mejoras de los procesos y a la formación del personal.

Buen ejemplo de ello son los 19 millones de euros que pusimos en 2021 a disposición de la industria alimentaria para digitalización y transformación. Unas ayudas que nacieron con el objetivo de promover las inversiones en transformación y comercialización de una forma sostenible, aumentando el valor añadido de los productos agrarios en zonas rurales con el propósito de mejorar el rendimiento global de las empresas agroalimentarias y el tejido productivo rural en la Región de Murcia.

Impulso de nuevos productos

De esta forma, se pretende avanzar en el desarrollo, puesta al día permanente y competitividad de la industria agroalimentaria mediante la introducción de nuevas líneas, la modernización de sistemas, la incorporación de investigación y transferencia tecnológica, y el impulso de nuevos productos que nos permitan seguir estando al frente del sector en los ámbitos nacional e internacional.

A ello se suma la apuesta por la asistencia a ferias y organización de eventos paralelos para promocionar los productos murcianos, algo muy demandado por las empresas y que les permite ampliar su proyección internacional, acercando el producto a compradores y mejorando la lista de países a los que exportar.

Otro de los propósitos del Gobierno regional en materia agroalimentaria es fomentar la investigación, para lo que ponemos a disposición de agricultores, ganaderos e industria los 90 centros de investigación y los centros de formación y transferencia tecnológica para poder seguir avanzando, para hacer ensayos de nuevas variedades más resistentes a las enfermedades, que se adapten mejor a nuestro clima y a las nuevas formas de cultivar en las que prima el ahorro hídrico, así como la reducción de fertilizantes y productos fitosanitarios.

En definitiva, sabemos de la valía de nuestro sector agroalimentario, del peso que tiene en nuestra economía, de la cantidad de empleo que genera, y del efecto tractor que ejerce sobre otras industrias. Por eso apostamos por su crecimiento, porque su éxito es el de toda la Región de Murcia.

Pero tan indiscutible resulta que el sector agroalimentario regional es una fuente de generación de empleo, riqueza, innovación y modernización, respetuoso con el medio ambiente y garante de la seguridad alimentaria, como lo es la presencia de amenazas que no son nuevas, pero que en nuestros días resultan más inquietantes que nunca.

Pioneros en eficiencia hídrica

En la Región de Murcia somos pioneros en sistemas de eficiencia hídrica, en modernización de regadíos, en la implantación de la economía circular y en avances para reducir la aplicación de productos fitosanitarios. Somos punteros en muchas cosas, y lo somos, como queda escrito, gracias al esfuerzo, a la capacidad y al emprendimiento de nuestro sector agroalimentario.

Pero nuestro caballo de batalla secular es la necesidad de agua; bien escaso y, a la vez, mal repartido, recurso básico y fundamental para la supervivencia del sector agroalimentario. Y una dotación justa es lo que reclama nuestra Región, en la que se hace el mejor uso de ella, donde cada gota produce fruto abundante. Una dotación permanentemente puesta en cuestión y cada vez más amenazada por las incesantes maniobras tendentes a suprimir el Trasvase Tajo-Segura. Clamamos desde hace años por un verdadero Pacto de Estado, un Plan Nacional del Agua que resuelva de una vez la cuestión hídrica en España, y que lo haga de una forma justa, definitiva y aceptada por todas las partes participantes en el mismo.

Pero hay más retos que afrontar. Porque el sector agroalimentario lleva muchos años rigiéndose por criterios de sostenibilidad, y es el primer interesado en ella, porque sabe que ésa es una de las claves de su competitividad, y, precisamente por ello, debemos seguir avanzando y ahondando en este terreno para disipar cualquier duda al respecto, como también para reconducir las conductas inapropiadas.

Contamos con un clima propicio para el cultivo de frutas y hortalizas; sabemos combatir la baja pluviometría con la optimización hídrica; y a todo ello se suman los años de experiencia, el conocimiento acumulado, la innovación y el desarrollo tecnológico, el esfuerzo y el tesón de nuestros agricultores.

Estos, y el respaldo del Gobierno regional, son los elementos que nos permiten reafirmar nuestra condición de ‘Huerta de Europa’, un apelativo ganado a pulso, sin que nadie regalara nada a nuestro sector agroalimentario.

Visita a una empresa de uva.

Con todas las limitaciones de recursos y frente a las exigencias planteadas medioambientalmente, las nuevas tecnologías nos han dado la oportunidad de seguir haciendo lo que mejor sabemos hacer: cultivar frutas y hortalizas de altísima calidad para mantener el prestigio bien ganado y el reconocimiento nacional e internacional.

Aún queda mucho terreno para valorizar la importancia de un sector tan estratégico para nuestra prosperidad y riqueza, y como factor de progreso y desarrollo. El esfuerzo y el sacrificio de nuestros agricultores, así como el reconocimiento de su trabajo, deben estar cada vez más presentes en nuestra sociedad. Tenemos las mejores perspectivas de futuro en todo aquello que está en nuestra mano mejorar para obtener el mayor y mejor provecho de ello.

Y por eso, desde la Región de Murcia, podemos decir con plena convicción y con la confianza de que seremos capaces de remover las dificultades y de superar los retos que se nos plantean, que, gracias al sector agroalimentario, el futuro es nuestro.