Días de cómics

Volver a las raíces

  • El Increíble Hulk (1985), de John Byrne, es una vuelta de tuerca del historietista canadiense para regresar a los orígenes sesenteros de este personaje surgido de la radiación gamma

  • Una huella en el alma

Hulk, de John Byrne.

Hulk, de John Byrne.

En 1962, Stan Lee y Jack Kirby crean un nuevo cómic: El increíble Hulk, inspirado en la Literatura Gótica, como Dr. Jekyll y Mr. Hyde y Frankenstein. Si la Literatura Gótica surge del miedo a la Revolución Industrial, el Universo Marvel tiene sus orígenes en el temor a la Era Atómica y a los efectos de la radiación durante la Guerra Fría. El Dr. Bruce Banner es un científico estadounidense que desarrolla una bomba Gamma en Nuevo México. Banner descubre que el joven Rick Jones se ha colado en la zona de pruebas. Al rescatarle, Banner se expone a la radiación, que lo transforma en un monstruo de gran fuerza que se conocerá como Hulk. Para Banner, Hulk es una maldición de la que constantemente se lamenta, al tiempo que busca formas de controlarlo, por ejemplo, encerrándolo en un búnker. Los personajes secundarios son el General “Trueno” Ross y su hija Betty, además de Rick Jones.

En 1980, Bill Mantlo entra como guionista de El increíble Hulk, durante cinco años, desde el nº 245 al 313. Mantlo heredó un Hulk influido por la teleserie de 1978, perseguido por el Ejército. El Hulk de Bill Mantlo es capaz de razonar pero se deja llevar por sus emociones, sobre todo por la rabia. Mantlo y el dibujante Sal Buscema hicieron a Banner capaz de controlar a Hulk, para luego pasar al extremo opuesto con el suicidio psíquico de Banner, dejando un Hulk salvaje exiliado en La Encrucijada, nexo interdimensional que permitirá al guionista historias importantes para el futuro del personaje, como demuestra Al Ewing en la serie de cómics El Inmortal Hulk.

John Byrne es una superestrella de Marvel Comics que, tras abandonar la serie que le dio fama, La Patrulla X, se convierte en autor respetado en su etapa en Los 4 Fantásticos. En 1983, Byrne lanza Alpha Flight, serie de superhéroes canadienses presentados en sus años en La Patrulla X. En 1985, cuando Byrne sintió que ya no tenía nada que contar en Alpha Flight, planteó intercambiar la serie por El increíble Hulk. Así, el equipo creativo del gigante verde (Bill Mantlo, Mike Mignola y Gerry Talaoc) pasaba a Alpha Flight, mientras que Byrne se hacia cargo, como autor completo, de El increíble Hulk.

Como sería una constante en su carrera, la idea de Byrne era volver a las raíces de Hulk. Se recuperaba a Betty Ross y a Rick Jones, y Hulk volvía a ser perseguido por el desierto. Además, Hulk sería una fuerza salvaje de la naturaleza, con la que más valdría no cruzarse.

Con entintado de Bob Wiacek y Keith Williams, Byrne recupera a Doc Samson, quien separa físicamente a Bruce Banner y Hulk. En este statu quo, Hulk será la presa de Banner y sus Hulkbusters. La trama se divide, por un lado, en enfrentamientos de Hulk con Vengadores, Doc Samson y los Hulkbusters; y por otro, en la relación entre Bruce y Betty que culmina en boda en el último número de Byrne, que está en sus mejores momentos, mostrando dominio de la narración y espectacularidad en una historia donde se presentan las piezas importantes y el tablero donde interactuarán. Byrne da coherencia al legado de Hulk, incluyendo su cambio de color de gris a verde y el porqué de su atracción por Nuevo México. El canadiense se remonta a Lee, Kirby y Ditko, sin contradecir a Mantlo, Stern y Wein.

Para El Increíble Hulk n.º 320, Byrne presentó una historia compuesta por viñetas a toda página, que Marvel rechazó. Por eso, tras seis números mensuales y un Anual, dibujado por Sal Buscema, Byrne abandona el título y la propia Marvel en 1986, para acabar en DC, en el relanzamiento de Superman. La historia se publicaría enseguida en la cabecera Marvel Fanfare nº 29, y sería epitafio de la interrumpida etapa de Byrne en El Increíble Hulk, y de su primera estancia en Marvel.

En solamente seis meses, Byrne sentaba las bases de lo que iba a ser una larga etapa. Ante su repentina marcha, Marvel aprovecha los planes futuros de Byrne en una etapa de transición dibujada por Al Milgrom. Se vuelven a fusionar Banner y Hulk, quien vuelve a ser gris y astuto al anochecer. Rick Jones se transforma en un nuevo Hulk verde cuya radiación trae de vuelta al Líder. En El increíble Hulk nº 330 debuta el dibujante Todd McFarlane. Un nº después, llega el guionista Peter David.

La próxima semana: Rocketeer (1982), de Dave Stevens, un piloto de acrobacias de Los Ángeles en los años treinta, que descubre una mochila con cohetes escondida por mafiosos que huyen de la Policía.

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