Ni la lluvia acaba con la solidaridad
Córdoba
El tradicional festejo de la lucha contra el cáncer, en el que participaron destacadas figuras como Ortega Cano, El Cid o Enrique Ponce, llena el coso de Los Califas pese a lo desapacible de la tarde
Otro año más, la Córdoba taurina fue solidaria con una noble causa. En esta ocasión ni la inclemente meteorología fue excusa para que el público acudiera hasta el Coso de Los Califas. Otro año más, misión cumplida en lo económico. Pero hay que hacerse una pregunta, ¿por qué en otros festejos las entradas son tan pobres? La respuesta es difícil. En la tarde de ayer el público acudió a la plaza y no solo eso, sino que aguanto impávido la lluvia durante las más de dos horas de festejo. En el plano artístico, la tarde tuvo muchas cosas interesantes y dignas de resaltar, aunque la presentación de la novillada fue muy justa. Y es que a pesar de tratarse de un festival, no hay que obviar que Córdoba es plaza de primera categoría.
Abrió cartel Ortega Cano. El cartagenero es cada vez más mediático, pero mucha es la gente que ha olvidado sus gestas pasadas. Cualquier tiempo pasado fue mejor. Eso sí, estuvo tremendamente voluntarioso y entregado. Incluso se permitió el lujo de gustarse y gustar, sobre todo en una corta tanda a pies juntos en el epílogo de la faena. Correcto y honrado. Ortega Cano paso por Los Califas como un torero.
Lo de Ponce es de elogio. Ayer el valenciano volvió a mostrar su magisterio. Se inventó una estética y bella faena ante un animal que tenía poco. Enrique Ponce tiene cuerda para rato. Incomprensiblemente se le negó una segunda oreja que tenía merecida, pero da igual. La lección de tauromaquia quedó en la retina de los que quisieron verla.
No se dio coba El Cid. Arrollado al parar con el capote en su oponente, no quiso poner la carne en el asador. Pasó de puntillas una vez más por Córdoba. Reconocimiento y aplauso para Reyes Mendoza. Estuvo importante el torero de la Fuensanta. Fue llamado para sustituir a Espartaco y no defraudó a nadie. Estuvo lleno de majeza su saludo capotero y entregado con la franela. Muletazos largos y templados. Repletos de buen gusto y temple. Incluso con dos rodillas en tierra se permitió el lujo de torear como si lo hiciera de pie. Lástima que el mal estado del piso le jugara más de una mala pasada. El mal uso de la espada, su punto más débil durante toda su carrera, le privó de un triunfo grande. Merece mejor suerte este torero.
Gustó también Morenito de Aranda. Tiene un buen concepto del toreo y presentó sus credenciales con una labor en la que destacó el toreo al natural. Tuvo igualmente la cabeza muy bien amueblada, sabiendo administrar la fuerza de un novillo que quedó muy quebrantado tras una voltereta.
El Cordobés hijo estuvo en su línea. Intenta hacer un toreo que en ocasiones recuerda al de su padre, pero obviamente Julio no tiene la personalidad carismática de su padre. También la lidia de su novillo discurrió cuando el ruedo estaba hecho un patatal y las idas y venidas para de cambiar de muleta hicieron que el trasteo nunca acabara de remontar el vuelo.
Cerró el cartel el novillero Israel de Córdoba. En la tarde de ayer Israel recordó a aquel novillero sin caballos que ilusionó. Bonito el recibo toreando a la verónica a su oponente. Con sabor y buen gusto. La faena tuvo la misma tónica. Buen concepto y sobre todo otra disposición distinta a la que le ha hecho caer en el ostrascismo. De seguir como ayer, de seguro que de nuevo prenderá la mecha de la ilusión de todos aquellos que creyeron en él.
Festival de la Asociación contra el Cáncer
Ganadería. Seis novillos-toros de ‘Torrestrella’, desiguales de presentación y juego. Destacó el bravo ejemplar lidiado en cuarto lugar.
Toreros: Ortega Cano, oreja; Enrique Ponce, oreja con petición de la segunda; El Cid, silencio; Reyes Mendoza, gran ovación con saludos; Morenito de Aranda, oreja; El Cordobés Hijo, ovación con saludos; Israel de Córdoba, palmas.
Incidencias. Más de tres cuartos de entrada en tarde desapacible. Llovió durante todo el festejo. El anunciado Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’ excusó su presencia a mediodía y fue sustituido por el matador de toros cordobés Enrique Reyes Mendoza.
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