Unicaja

Alberto Díaz y Darío Brizuela pelearán por las medallas y justifican su retraso

  • Los jugadores del Unicaja, piezas importantes en la victoria de España sobre Finlandia que permite acceder a semifinales

  • No llegarán a Málaga hasta la próxima semana, horas antes de la fase previa de la BCL

  • Alberto Díaz no era el problema

Darío Brizuela y Alberto Díaz, con López-Arostegui.

Darío Brizuela y Alberto Díaz, con López-Arostegui. / Alberto Nevado / FEB

Lo ha vuelto a hacer Sergio Scariolo. La obra maestra pareció el Mundial de Pekín, ese oro inesperado a lomos de Ricky Rubio y Marc Gasol. Con un equipo de perfil menor y bajas, con apenas Rudy Fernández (que es mucho) como hilo conector con la España dominadora, ha fabricado un bloque pétreo que es capaz de competir en situaciones extremas y ante rivales de mucho talento y que juegan muy bien al baloncesto, tanto como para llevar a la selección por undécima vez consecutiva a las semifinales de un Europeo, su jardín particular. Nueve acabaron con medalla (tres de oro, tres de plata y tres de bronce) y una con un cuarto lugar.

De ese núcleo ganador forman parte varios malagueños en el staff. Ángel Sánchez-Cañete, mano derecha y hombre de confianza desde sus tiempos dirigiendo al gran Unicaja, el preparador físico; Enri Salinas, del que el club prescindió tras degradarle y ahora tiene como motos a esta plantilla; el doctor Carlos Salas y el delegado Javi Salvo.

Y, claro, en la pista, Zipi y Zape, Alberto Díaz y Darío Brizuela. Serán los capitanes del Unicaja esta temporada, han vivido temporadas duras en las que no ha salido nada, pero su esfuerzo y compromiso con la selección les está regalando ahora una experiencia inolvidable en Tíflis y ahora en Berlín. Ambos fueron piezas muy importantes en el triunfo español sobre una Finlandia que juega muy bien al baloncesto y que tenía al mejor jugador sobre la pista, el terrible Lauri Markkanen. Lo han sido durante todo el campeonato, también ante los fineses.

Darío Brizuela ataca la canasta. Darío Brizuela ataca la canasta.

Darío Brizuela ataca la canasta. / Alberto Nevado / FEB

“Cuánto me alegro por Alberto. En la semana que hemos entrenado aquí dije que se iban arrepentir de no haberlo llevado. Un tío que es un toro capaz de aguantar muchas cosas y siempre da lo mejor que tiene”, escribía Augusto Lima en las redes sociales, recién llegado a Málaga desde Brasil tras quedar subcampeón de la AmeriCup. Conoce bien Lima al pelirrojo desde sus años en Los Guindos. La lesión de Llull propició esa llamada de Scariolo, al que haber convertido la selección en una suerte de club le permitió tirar del malagueño, al que su disponibilidad y capacidad de asimilar conceptos le permite encajar rápido. El descarte primero un palo, pero quizá le hace valorar más la oportunidad que tiene. El último que había jugado un gran campeonato fue Germán Gabriel en el Eurobásket de 2013 y se trajo un bronce.

Alberto volvió a ser esencial, formando parte del trío de la muerte defensivo con Rudy y Garuba. Cambiaron definitivamente el aire del partido en el tercer cuarto y el malagueño acabaría el partido formando pareja con Lorenzo Brown. Un triple suyo desde la diagonal acababa de sentenciar el partido a minuto y medio. Esbozaba una sonrisa que rara vez ha podido mostrar en Málaga en los últimos años. Se merece todo lo bueno que le pase y esta alegría también le refuerza cara al exterior. Acabaría con seis puntos (2/4 en triples), dos asistencias, un rebote y un robo para ocho de valoración en 17 minutos (+12 con él en pista).

Alberto Díaz pide una antideportiva. Alberto Díaz pide una antideportiva.

Alberto Díaz pide una antideportiva. / Alberto Nevado / FEB

Brizuela fue de nuevo el microondas de la selección. Ese rol de especialista le sienta fenomenal, ha sabido asumirlo bien y lo está optimizando y sacando brillo. Tuvo presencia en la primera mitad en un momento de embotellamiento del equipo español, pero a caballo entre el tercer y el último cuarto dio puntos en un momento crítico para hacer el corte. La imagen que queda es un contraataque dirigido por Rudy Fernández tras un robo sublime para asistir al vasco en una esquina. Podía parecer temerario lanzarse un triple con un tres contra uno, pero si algo distingue al donostiarra es la valentía. Enchufó desde la esquina y se colocaba con ocho arriba España. Acabaría con 14 puntos (4/6 en tiros de dos, 2/6 en triples), dos asistencias, un rebote y nueve de valoración. Todo, en 17 minutos. Ibon Navarro tiene ejemplos para exigirle a partir de ahora mucho más si cabe...

Nunca un retraso estuvo más justificado. Llegarán muy justos para la fase previa de la BCL porque competirán el viernes y el domingo en las semifinales y la final o el tercer y cuarto puesto en Berlín. Así que apenas habrá tiempo para integrarse en la disciplina del Unicaja antes de dos partidos claves. Pero vendrán con la moral por las nubes y sintiéndose capaces de jugar con la élite europea.

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