Unicaja

Alberto Díaz, del descarte a la consagración

Alberto Díaz lucha en el suelo por salvar un balón.

Alberto Díaz lucha en el suelo por salvar un balón. / FEB

Todos los veranos la misma historia. En los tiempos recientes cada verano resulta ser un fin de ciclo para la selección española, pero cada verano ahí está España, frustrando los sueños de otras selecciones, a priori, más potentes. De esta selección que está haciendo historia forman parte Alberto Díaz, que tras imponerse a Alemania buscará la gloria y el oro europeo, junto a su compañero cajista Darío Brizuela, ante la selección francesa, que hizo lo propio superando a Polonia. 

En este Eurobásket de las estrellas como Doncic, Antetokoumnpo, Jokic, Markkanen o Gobert entre otras, se ha impuesto el grupo y la voluntad de una plantilla en la que Alberto Díaz ha sido capital en muchos momentos del torneo. Pero no hay que adelantarse a los acontecimientos. Lo primero es situarse en el 28 de agosto, el base del Unicaja se encontraba en Málaga tras no pasar el corte para la convocatoria definitiva del Eurobásket, sin embargo, la noticia de la baja de Sergio Llul por lesión estaba a punto de cambiarlo todo. 

Scariolo necesitaba un base para sustituir al menorquín y Alberto Díaz era el elegido. En los dos primeros encuentros de la fase de grupos se desempeñó bien, ante Bulgaria y Georgia, pero fue el encuentro contra Turquía y su defensa más robo a Shane Larkin lo que le puso en el mapa de mucha gente que no sabía quien era el número nueve de la selección española. Luego vinieron Lituania y Finlandia, de nuevo imprescindible en la defensa el malagueño. Tocaba entonces bailar con la más fea, Alemania y uno de los bases más determinantes del torneo, Dennis Schröder

Lo que Dennis no sabía es que era él al que le tocaba uno de los defensores más incómodos de Europa. Debe haber pocas cosas más molestas en baloncesto que te defienda un tipo como Alberto Díaz. Tanto es así que, a pesar de los 30 puntos que sumó, no fue capaz de anotar en casi todo el último cuarto. Su última canasta llegó con más de siete minutos por jugar y no vio más aro en lo que restaba de encuentro. Hasta el mismo momento en el que Alberto hizo su quinta falta personal, a 23 segundos del final, no dejó de ser una pesadilla para el base alemán y, para entonces, ya fue demasiado tarde. 

A la brillantez defensiva que viene demostrando Díaz, le sumó 10 puntos en momentos que la bola quemaba. Eso va para aquellas voces que lo quieren limitar a un simple defensor. Con él en pista, el balance más/menos es de +25, le sigue toda una institución como Rudy Fernández, con +11. Tras el partido, el héroe ofensivo de los españoles, Lorenzo Brown con 29 puntos, no dudó en alabar al malagueño por su "impresionante defensa a Schröder en el último cuarto". 

Ese +25 en algo más de 16 minutos en cancha es increíble por si solo, pero si además lo comparas con el -20 que acumula la selección en el tiempo restante, pues es para quedarse de piedra. Como los alemanes al mirar el marcador final. Seguramente muchos de los seguidores de la selección germana hayan descubierto hoy a Alberto Díaz, pero lo que también es seguro es que no lo van a olvidar en mucho tiempo. 

"Ha sido increíble, sabíamos que iba a ser duro contra Alemania en su casa, pero sabíamos que si estábamos hasta el final del partido compitiendo tendríamos nuestras opciones. Hemos estado solidos, con la cabeza fría", declaraba Díaz al micrófono de Telecinco, justo antes de romper a llorar de la emoción. "Es increíble todo esto. Me han acogido como uno más, vivir esto es un sueño. Mucha gente nos apoya y lo da todo para que estemos aquí, esto es gracias a ellos", conseguía articular entre lagrimas. 

Esas lagrimas, el carácter y la voluntad de Alberto y todos los de este grupo vale, por el momento, una plata asegurada, pero todo el mundo sabe que nadie que haya llegado hasta este punto se conformaría con eso. Para el malagueño vale mucho más que el metal que se pueda llevar a casa, para él vale una consagración, la confirmación de que estaba para mucho más que las ventanas y dejar paso a otros. Alberto Díaz ha demostrado que estos escenarios y los rivales no le vienen grandes, sino todo lo contrario.  

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