Derbi andaluz en San Pablo (12: 30 horas) en una jornada programada por la ACB con numerosos encuentros de rivalidad provincial o regional. Betis-Unicaja, el verde como elemento común, igual que la necesidad. El conjunto local está en puesto de descenso, con una plaga bíblica de bajas, que afectan a ex cajistas. Pepe Pozas se rompió la rodilla hace un par de semanas en su mejor momento en Sevilla, Yannick Nzosa está casi inédito en una temporada que debía ser trascendental para recuperar la progresión que le hizo asombrar con 16 años y recomponerse, pero apenas jugó. Volo Gerun, que en Málaga salió de mala manera aunque fuera un jugador honesto, pero no para el rol que se le encomendó entonces, está con una lumbalgia. Y el capitán, Pablo Almazán, que debutó en ACB de la mano de Chus Mateo en Málaga, tiene problemas en un codo desde el último entrenamiento y es duda.

Al frente de ellos Luis Casimiro, dos años y medio en Málaga; y por encima, Berdi Pérez, tres años en Málaga en la transición tras el gran equipo campeón de la primera década del siglo. Hay inevitables conexiones entre Sevilla y Málaga, los dos grandes polos, con permiso de Granada, del baloncesto andaluz. Conoció épocas mejores la canasta sevillana, jugando finales con Aza Petrovic y el añorado Javier Imbroda, también con Joan Plaza, otro elemento común a los dos clubes. Encontrar una senda y mantenerla sin salirse del camino es complicado. Juanma Rodríguez, ahora director deportivo del Unicaja, puso las bases tras el descenso a LEB Oro con una temporada para enmarcar y un ascenso con la gorra. Los dos años posteriores se consiguieron trabajadas salvaciones y el año anterior Luis Casimiro obró con Shannon Evans un pequeño milagro. El menudo base americano se marchó a Valencia a mitad de temporada, pero el equipo ya estaba ahí abajo.

Sólo cinco victorias en 23 partidos para el Betis, pero ha competido en gran parte de las derrotas, como en los últimos duelos. Ahora le faltan efectivos, de lo que se ha quejado repetidamente Luis Casimiro, pero ha seguido percutiendo. No es un encuentro sencillo porque, llegado este tramo de temporada, los equipos de la zona baja empiezan a jugar los partidos con el hambre atrasada de quien se juega la vida o un contrato.

El Unicaja bajó a la séptima posición tras las dos últimas derrotas, cuatro en los cinco últimos partidos. Ninguna ha sido para llevarse las manos a la cabeza, en casa ante Baskonia y Barcelona y a domicilio en Gran Canaria y Murcia. Con presencia hasta el último cuarto, pero sin la frescura del pico alto de la temporada. Algo lógico con bajas y con el desgaste emocional y físico de la Copa. Pero en la última semana, la derrota ante el Barça y la victoria en Atenas, ha mostrado una línea ascendente. Viene ahora una semana sin partidos en medio para perfilar la recuperación. Y qué mejor manera que vencer en San Pablo con algunos cientos de malagueños en las gradas apoyando a su equipo.