Alguna imagen nostálgica en el Palau Blaugrana. Encuentro entre Juan Carlos Navarro y Carlos Cabezas, con otro histórico de la ACB como Rafa Martínez como testigo. Navarro y Cabezas formaron parte de la mejor generación de jugadores de la historia de este país, de los nacidos en 1980. Ahora el catalán es director deportivo de la sección de baloncesto del club, de la que formó parte como jugador toda su carrera y el malagueño es uno de los embajadores del club junto a Berni Rodríguez, otro de esa gran generación. Los dos departían alegremente antes del encuentro que enfrentaba a los dos equipos de su corazón.

"Yo la primera vez que jugué contra él fue en Andújar, en la final de un Campeonato de España infantil. Era la primera vez que el Unicaja llegaba a una final en esa categoría. Era Bernardo padre el entrenador y estábamos Berni, Germán, Wito, Perujo, Elías, Illanes... Juan Carlos nos destrozó en la final, nos metió casi 40 puntos", explica el base malagueño", recordaba Cabezas tiempo atrás tras la retirada del azulgrana cómo era su figura desde niño hasta convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia de España: "Jugar a su lado era un placer. Ha sido algo muy fácil, tenerlo de escolta al lado, con él la verdad es que fui campeón de Europa y del mundo junior y absoluto... Desde junior ya sale MVP del Mundial de Lisboa. Era el referente del equipo, con Pau ya después. Siempre muy emblemáticos y respetados dentro del grupo. Eran los líderes. Todos sabíamos que él era quien debía tener el balón. Una de las claves de esa generación es que cada uno sabía sus roles bien. Honestamente, se dependía más de él que de ti para defenderle. Tratábamos de meterle gente fuerte, que él sufriera atrás, pararlo de manera segura era muy difícil, te podía tirar de ocho metros o la bomba. A un partido que le hemos podido ganar se podía, intentábamos jugarle más físico, saltarle fuerte al pick and roll... Pero si él estaba bien te metía 30 puntos, no había manera".